Las falsificaciones de la Historia by Julio Caro Baroja

autor:Julio Caro Baroja [Caro Baroja, Julio]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 1991-01-01T00:00:00+00:00

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Antes y después hicieron lo que pudieron para defender la autenticidad. En el mismo momento, o poco después de la condena, la iglesia colegial publicó cierto memorial pidiendo la revisión de la condena y el nombramiento de otra comisión. Se trata del Memorial de la iglesia colegial del Sacro monte de Granada al rey D. Carlos II, con motivo de haber sido condenados por su Santidad en 6 de marzo de 1682 los libros de plomo de aquella iglesia, y solicitando que haga que el Pontífice mande de nuevo examinar y reconocerlos nuevamente, nombrando otros jueces. Es un impreso en folio de 22 páginas, sin fecha ni pie de imprenta[153]. Mayor desolación se expresa en el título de otro escrito, fechado en 1739, que no se imprimió y que se halla en la biblioteca de la Real Academia de la Historia (y que se debe a un individuo del Colegio) enderezado al mismo fin[154]: Historia apologética sobre las Postradas Láminas Granadinas en las Catholicas Guerras, por la decisión de el Decreto ultimo del Señor Inocencio XI. Sentimientos dolorosos, Lágrimas sentidas, suspiros Maternales con que España, entre todas las Provincias de la Yglesia Rachel mas agraciada en la fidelidad y obediencia a su Jacob, el Pastor universal, llora afectuosa la pérdida desgraciada de sus inestimables prendas concebidas, y descubiertas en el suelo mas santo de su religioso Reyno. Rendida y humilde súplica de Esta Provincia Española al Vicario de Jesu Christo, en que pide a su Paternal benignidad la revisión de la Versión authentica, y Pontificia de las Laminas, la q se aprobó, y juró por los interpretes Romanos, y sapientisimos theologos por sana, Santa, y Apostólica. Esperando este reyno en vista della oir de los Apostólicos labios aquel Oraculo Profético tan deseado. Quiescat vox tua a lacrimis; quia est merces operi tuo. Se trata de un manuscrito en folio, sin numeración o paginación, pero de nutrida lectura por las dos caras, de buena escritura, dividido en 30 capítulos. El estilo, como ya puede verse por el título, es florido, barroco y quejumbroso. Pese a que se reconoce la condena, se pide la revisión porque se considera debida a unas «guerras católicas», pero guerras al fin, en que España ha sido vencida. La condena, por otra parte, no impide la revisión, como se procura demostrar en el capítulo III en particular. El que los libros fueran condenados como heréticos, mahometizantes y contrarios a la Iglesia «fue sabor vergonzosísimo para este reino católico, siendo por ese motivo blanco de las sátiras afrentosas de los extranjeros», según se expone en el capítulo V. Por otra parte, se considera que la defensa no fue atendida conforme a la ley (capítulo VIII), pese a la calidad y cantidad de los que juzgaron auténticos los textos, personas de los que se hace enumeración en los capítulos IX y XIII. Dejando a un lado otros puntos hay que destacar que el autor insiste en que el asunto provocó siempre «alborotos», de los que da cuenta en el

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