El Domingo Sangriento en Bogside by Pierre Brassart

autor:Pierre Brassart [Brassart, Pierre]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2017-01-01T00:00:00+00:00

El Ejército entra en acción

La policía real del Úlster, odiada por los católicos a causa de su parcialidad a favor de los protestantes y de su uso de la violencia, se ve completamente superada. En pocos días, cerca de una decena de personas mueren y otros cientos resultan heridas (entre ellas, una parte importante de policías). Tras varios días de violencia, la RUC solicita la intervención del Ejército, que llega al lugar el 14 de agosto en el marco de una operación que se había previsto que fuera limitada. Se envía un batallón a Londonderry y otro a Belfast. En pocas semanas, se produce el despliegue en la provincia de cerca de 6000 soldados, que participan en el mantenimiento del orden al lado de las unidades de policía, en una operación que no acaba hasta 2007 y a la que los británicos llaman Operación Banner.

El Ejército Republicano Irlandés (IRA) se muestra particularmente ausente durante los acontecimientos del verano de 1969 pero, en diciembre de ese mismo año, durante una importante convención, se produce una ruptura dentro del propio IRA. Los partidarios de una lucha armada se separan de los demás para formar el IRA Provisional, mientras que aquellos que desean encontrar una solución política se agrupan en el IRA Oficial que, evidentemente, no excluye las acciones violentas.

La llegada del Ejército británico marca una nueva etapa en el conflicto norirlandés. Todo el mundo se muestra aliviado ante su intervención: los católicos lo consideran más imparcial que la policía de Irlanda del Norte, y los protestantes están convencidos de que logrará sofocar la rebelión católica. Su papel es el de restablecer el orden y la ley situándose entre los dos bandos. Las tropas tienen la autoridad para detener y entregar a la policía a cualquier persona que posea explosivos, armas o munición, pertenezca al bando que pertenezca. El uso de la fuerza debe ser mínimo. La presencia del Ejército, en primer lugar, debe ser disuasoria y ayudar a traer un clima de paz a la provincia.

A pesar de que la situación mejora, sus límites aparecen enseguida. El Ejército, aunque se ha profesionalizado desde hace ocho años, no deja de ser una fuerza militar que carece de entrenamiento en las misiones de mantenimiento del orden. Por otra parte, la situación política es particularmente compleja. El Ejército debe garantizar el orden y proteger a la minoría católica, a pesar de que estos son hostiles al Estado y a la Corona de Inglaterra que estos soldados han jurado defender. Desde el primer momento se enfrentan a una contradicción: además de proteger a los católicos, también deben garantizar la seguridad de los protestantes, en especial contra el Ejército Republicano Irlandés, que se considera ilegal. Sin embargo, cuando el Gobierno de Irlanda del Norte reconoce la legalidad de algunos grupos paramilitares protestantes, como la Ulster Defence Association (Asociación para la Defensa del Úlster), mientras que el Gobierno británico no la reconoce, el Ejército queda atrapado en una situación difícil.

Con la creación del Ejército Republicano Irlandés Provisional (PIRA),

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