Siempre con mis amigos by Ana María Machado

Siempre con mis amigos by Ana María Machado

autor:Ana María Machado [Machado, Ana María]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Juvenil, Realista
editor: ePubLibre
publicado: 1998-12-31T16:00:00+00:00


5. Los amigos hay que conservarlos

En los días que siguieron a aquel agitadísimo sábado de nuestra victoria, muchas cosas fueron modificándose y cambiando de lugar. Principalmente, las cosas del corazón, de esas que se guardan en el lado izquierdo del pecho.

La primera de ellas fue la relación entre Adriana y Rafaela. Fue muy emocionante saber que yo las había ayudado a hacer las paces. Salimos las tres juntas el domingo por la tarde, fuimos al cine y, después, a merendar. Sentadas alrededor de la mesa, entre hamburguesas y perritos calientes, metiéndonos en la boca una patata frita tras otra, sorbiendo por una pajita de un bote de refresco, las dos recapitularon la historia que, muy resumida, pasó como sigue.

El caso fue que en la preparación de la fiesta de cumpleaños de Rafaela, dos años antes, ellas estaban tan entusiasmadas que a Adriana solo le faltó irse a vivir a casa de su amiga, estaba allí todo el tiempo. La madre de Adriana se lo permitió —aunque no venga mucho a cuento, desconfío de que le diera permiso para no tener a la hija cerca todo el día, como dijo mi madre— e incluso le pareció bien, porque estaba organizando la mudanza, ya que muy pronto se vendrían a vivir a nuestro barrio. Y Adriana, despreocupada como siempre, solo pensaba en la fiesta de su amiga y ni siquiera se acordó de dar a Rafaela más datos sobre el traslado, aunque en su casa los preparativos continuaban, pero ella ni se daba cuenta. Hicieron la mudanza la víspera o pocos días antes de la fiesta y la tonta de la Adriana se quedó esperando una invitación de Rafaela o una llamada de teléfono que nunca se hizo. Ni siquiera se le pasó por la cabeza alguna de las siguientes hipótesis:

Ella no necesitaba ser invitada; tan solo debía decirle a su madre que tenía una fiesta en tal día y en tal lugar y pedirle que la llevase.

No le había dado la nueva dirección ni el número de teléfono a su amiga, solo le había dicho de pasada que se iba a mudar, pero no le dijo cuándo ni adónde.

Era ella la que tenía el número de su amiga y, por eso, debió telefonearla y contarle cómo era la nueva casa y el nuevo barrio. Y, luego, cómo era el nuevo colegio.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.