Maddi y las fronteras by Edurne Portela

Maddi y las fronteras by Edurne Portela

autor:Edurne Portela [Portela, Edurne]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-03-01T00:00:00+00:00


* * *

El tren está abarrotado de soldados alemanes regulares, son molestos pero a estos no les tengo miedo. Lo peor son las SS y los de la Gestapo. Las cosas que cuentan de sus métodos dan pavor. No hace ni una semana arrasaron por los bares de San Juan de Luz y no sé a cuántos cogieron. De momento, no ha vuelto ninguno. Ya no queda nada para que empiecen a llevarse a la gente de sus casas, a que irrumpan de sorpresa, por la noche, sacándonos de la cama, medio desnudos, descalzos, vulnerables. Ay, Dios, ¿por qué pienso esto ahora, cuando lo que necesito es tranquilizarme? Tengo la excusa, la tía moribunda. El capitán Müller se creyó el cuento el primer día y hoy se lo ha vuelto a creer, o eso me ha hecho pensar. Un par de preguntas sobre mi relación con ella —lejana de parentesco, pero serví cuando casi era una niña en su casa—, su enfermedad —es vieja, capitán, simplemente eso—, cuánto tiempo necesito —nada, muy poco, voy y vuelvo en el día, cojo el primer tren de la mañana y vuelvo en el último de la noche. Todo parece ir bien, pero a mí esto no me sale a cuenta, le voy a decir al padre Bordes que mato a mi tía y que a Burdeos no vuelvo. Me paso el día en el tren, exponiéndome a que en cualquier momento me paren. Me pueden pillar de mil maneras. ¿Y si me para la Gestapo y me dicen que van conmigo a ver a mi tía? ¿Cómo explico yo que no haya nadie en el piso? O peor, si no me da tiempo a avisarlos y hay alguien esperándome para recibir la documentación. Solo pensarlo se me pone el estómago del revés. Rediós. O que entren en el vagón y me registren. No he sido tan tonta como para meter los papeles en el bolso. Los llevo bien apretados entre la faja y mis carnes. Van a llegar calentitos. Espero no oler a mierda de gallina, con ellas han pasado la noche. A mí eso no me importa, dejar y coger documentos del gallinero, darles informes, eso hasta casi me gusta, lo controlo, pero esto es demasiado, me expongo mucho en el camino de ida y vuelta, puedo despertar sospechas en el capitán y que se desbaraten por ello todas las rutas. De momento va todo tan bien: Barre, Juanchito, Peio… la de gente que habrán recogido y pasado ya, llevándoles a puerto seguro. He perdido la cuenta. Sería terrible que todo se fuera al traste por estos viajes que ¿no son innecesarios? Podrían fijarme un punto en Bayona y que de ahí lo lleven a Burdeos. Eso le tendré que proponer al padre Bordes. Además, todavía no me ha dado la comunión, a pesar de que yo sí que cumplí mi promesa e hice el paso con él. Castrón.

Necesito fijarme en la gente que me rodea en el vagón. Recordar todas sus caras.



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