La ciudad gris by Daniel Hernández Chambers

La ciudad gris by Daniel Hernández Chambers

autor:Daniel Hernández Chambers [Hernández Chambers, Daniel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Juvenil
editor: ePubLibre
publicado: 2005-12-31T16:00:00+00:00


Dos

Desde siempre había habido algo en aquella mujer de belleza lánguida que había atraído al muchacho. La envolvía un misterio, tal vez fuese por su soledad o por la entereza con que sobrellevaba su viudedad, o por las intermitentes visitas que le hacía aquel hombre delgado y siniestro que le había encomendado a Miguel su cuidado. Estíbaliz le fascinaba.

Antes, siendo como era un niño, no se había fijado en la belleza de Estíbaliz; pero ahora, al crecer y penetrar en la adolescencia, cuando los piratas y los héroes que poblaban sus sueños fueron haciendo hueco a mujeres desnudas, el rostro y el cuerpo que esas mujeres adquirían era el de Estíbaliz. Y no podía evitar avergonzarse por experimentar ese sentimiento que no sabía muy bien cómo definir, aquel deseo hacia ella. Intuía que no estaba bien, pero no podía refrenarlo. No conseguía verla ya únicamente como su vecina, la amiga de su madre: sus ojos la mostraban ahora de otro modo distinto.

Estaban juntos a menudo. Ella y su madre habían acabado por hacerse bastante amigas y, ya fuera en casa de la una o de la otra, Miguel podía disfrutar de su compañía. Siempre se mostró cariñosa con él, como una tía, y no pocas veces la descubrió mirándole de una manera extraña, con ese velo que cubre los ojos al recordar, con nostalgia. En esas ocasiones él se preguntaba si también ella le habría sorprendido mirándola mientras rememoraba el sueño de la noche anterior. Tampoco era raro que la encontrase llorando. El llanto la asaltaba en los momentos más insospechados: a veces entraba en la cocina y allí estaban las dos mujeres, una en brazos de la otra; casi siempre era su madre la que consolaba a su amiga y le hacía señas a él para que regresase al salón; pero también un par de días al menos las había encontrado con los papeles intercambiados.

Se quedaban los dos a solas con cierta frecuencia. La madre de Miguel trabajaba ahora en unos telares y pasaba gran parte del día fuera, mientras que Estíbaliz trabajaba solamente por las mañanas, de dependienta en una sastrería; así que él, cuando no estaba en el colegio o con Santiago y los demás o con el viejo Dámaso, iba a casa de su vecina a compartir las horas muertas. Ella se mostraba abierta con él, conseguía apartar la tristeza de su voz y su mirada, y le preguntaba sin cesar, tratando de saber todo lo posible de sus correrías, sus estudios, sus gamberradas, sus proyectos. Miguel no comprendía el porqué de tanta pregunta, pero le gustaba hablar con ella, tenerla cerca. Había un olor en ella, un aroma a flores que no existía en ningún otro rincón de la ciudad.

Algunos meses después, con el frío del invierno, el estado de salud de la madre de Miguel empeoró radicalmente. Ya llevaba tiempo débil, tosiendo y quejándose de dolores, y la escasez de alimentos no contribuía precisamente a su recuperación. Sin embargo, no podía permitirse dejar de



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.