Historias de mujeres by Rosa Montero

Historias de mujeres by Rosa Montero

autor:Rosa Montero [Rosa Montero]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788420489179
editor: Alfaguara
publicado: 2010-09-27T16:00:00+00:00


BIBLIOGRAFÍA

Robert Graves, Richard Graves, Edhasa.

La Diosa Blanca, Robert Graves, vols. I y II, Alianza Editorial.

In Extremis, the life of Laura Riding, Deborah Baker, Grove Press, Nueva York.

George Sand

LA PLENITUD

Balzac la llamaba la leona del Berry, y desde luego George Sand respondía al estereotipo de ese gran felino: era una fuerza animal, una criatura poderosa e indómita. De joven fue tenida por una mujer muy atractiva, sobre todo por sus ojos, tan negros como un mal pensamiento, extraordinarios, unos ojazos como lagos oscuros que anegaban su cara («sus miradas ardientes me volaban el corazón», decía Chopin); pero su mayor encanto residía en otro tipo de belleza: en su integridad, su sabiduría, su pasión generosa. Valores que se fueron haciendo más y más evidentes con el tiempo, de manera que George Sand/Aurore Dupin fue aumentando su capacidad de atracción a medida que envejecía y conquistando cada vez amistades más profundas, como las de Gustave Flaubert o Dumas hijo. De hecho, Sand incluso se las apañó para mantener la seducción física, y siendo ya sesentona, por ejemplo, disfrutó de una intensa relación carnal con el apuesto George Marchal, un pintor veintidós años menor que ella. Siempre fue una mujer libérrima.

Esa completa libertad interior fue sin duda una conquista de su coraje y de su inteligencia, pero también pudo hacerlo (como Beauvoir pudo ser Beauvoir cien años después o como, tan sólo medio siglo antes, Wollstonecraft no pudo) gracias a vivir justamente en un instante histórico propicio al cambio y a la ruptura progresista: el Romanticismo. «Libertad en la literatura, en las artes, en la industria, en el comercio, en la conciencia. He aquí la divisa de la época», decía Victor Hugo, definiendo el espíritu del movimiento. Y Shelley publicaba en 1814 sus ensayos sobre la vida, reivindicando la libertad amorosa. Años después volvería a triunfar la convencionalidad, pero entonces se luchaba contra las viejas normas, o más bien contra toda norma, porque ser romántico era estar en perpetua evolución, perpetua búsqueda, perpetuo aprendizaje: por eso el viaje, y la figura del viajero, eran el emblema del Romanticismo. George Sand nació en 1804 y su vida, tan moderna y audaz, provocó desde luego escándalo y rechazo. Pero frente a la repulsa del grueso de la sociedad ella siempre contó con el apoyo de sus pares: artistas, intelectuales y lectores progresistas. No estaba sola, y eso, el poder reconocerse en la mirada de los otros, marca la línea divisoria entre la marginación y la integración, entre la serenidad y la locura. Y así, mientras que Mary Wollstonecraft se sentía un monstruo incomprendido, George Sand reinó entre los suyos.

Todo en Sand parece extraordinario, incluso sus orígenes. Por parte de padre descendía de una línea de exquisitos bastardos: su bisabuelo fue un duque, hijo natural pero reconocido del rey de Polonia Frederick Augusto. Pero la madre de Sand venía del arroyo: había trabajado como prostituta en los batallones de soldados. Conoció al padre de George, que era teniente, precisamente en ese oficio. Se enamoraron y se casaron veinte días antes de que naciera Sand.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.