Heima es hogar en islandés by Laia Soler

Heima es hogar en islandés by Laia Soler

autor:Laia Soler [Soler, Laia]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Relato, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2015-04-03T16:00:00+00:00


16. Dimmuborgir

Orri me sonrió con suficiencia cuando admití que tenía razón al decir que ese campo de lava no era como los que había visto junto a la carretera a lo largo de esos cuatro días de viaje. No lo había creído cuando me prometió que nuestra próxima parada sería un campo de lava imponente e interesante, porque mi mente se negaba a adjudicarle ninguno de esos dos adjetivos a la lava, y mucho menos a la solidificada, que ni siquiera serviría como invitada de honor en una película de desastres naturales.

Sin embargo, el campo que teníamos delante no se parecía a las grandes planicies que había visto hasta entonces. Me recordaba a las montañitas que hacía de niña en la playa, cogiendo arena y agua con el puño apretado y dejando que se escurriera por el hueco que creaba mi dedo meñique al doblarse sobre sí mismo. Solo que en Dimmuborgir, en lugar de una niña jugando con arena, esos pequeños montes de rocas oscuras los habría formado algún dios nórdico dejando caer la lava por aquí y por allá alguna tarde aburrida de domingo.

Avanzaba por el camino artificial que serpenteaba entre la vegetación y las abstractas formaciones de lava intentando centrar la atención en lo que me estaba contando Orri e ignorar el hambre y las risas que John y Auður intercambiaban a unos pocos metros por delante de nosotros.

—¿Sabías que aquí muchas personas creen que los elfos existen o que es posible que existan? Los llamamos huldufólk, el pueblo escondido. Hay gente que hasta les construye pequeñas casas en el jardín o junto a la puerta de entrada de sus casas, e incluso se han llegado a desviar carreteras para no molestarlos —dijo Orri de repente, cuando ya me había acostumbrado al silencio. Alcé las cejas, escéptica, y él asintió—. Es verdad. Dimmuborgir es uno de los lugares en los que se cree que habita la «gente escondida».

—Estáis como una cabra.

—Dimmu significa «oscuridad» y borgir, «fortaleza». «La fortaleza de la oscuridad» —siguió él, ignorando por completo mis palabras—. Se supone que es un lugar de conexión entre la tierra y el inframundo.

—Lo dicho: como una cabra.

—Dice la que ve el aura de la gente y que hace nada cazó luz de sol de medianoche. Y, ¡oh, me olvidaba!, que hoy ha ayudado a curar a un pájaro con la energía de un lago.

—Es distinto.

—¿Por qué? —preguntó Orri. Me volví hacia él y vi que me lanzaba una mirada inquisitiva que me retaba a llevarle la contraria.

—Porque los elfos y los troles no son reales, Orri. Son cuentos que sirven para asustar o hacer soñar a los críos, o como mucho para vender estatuillas en las tiendas de recuerdos. Nada más.

Él se encogió de hombros y, a pesar de lo que había esperado, no me lanzó ningún discurso épico para llevarme la contraria ni intentó convencerme de que estaba equivocada. Lo que era lógico, por otra parte, porque yo solía equivocarme en muchas cosas, pero la existencia de elfos y duendes y troles y hadas no era una de ellas.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.