El secreto de la señora Byrne by Lorena Franco

El secreto de la señora Byrne by Lorena Franco

autor:Lorena Franco [Franco, Lorena]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Psicológico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-01-01T00:00:00+00:00


* * *

Cuando entro en el pub, es de noche y llueve a cántaros.

Colin me saluda desde detrás de la barra y, sin preguntar, me sirve una jarra de cerveza espumosa. Suerte que he cenado un buen plato de Bacon and Cabbage. Gracias a Margaret no me voy a quedar sin probar ni un solo plato irlandés y, con el estómago vacío, una jarra de cerveza como la que me sirve Colin, me sentaría fatal.

—Voy a volver a Nueva York con cinco kilos más.

—¿Cómo ha ido la charla con mi tía?

Suspiro. Le doy un sorbo a la cerveza y contesto:

—La charla ha sido muy emotiva. Y reveladora. Hay algo raro en esas desapariciones, algo que las une de algún modo aunque los desaparecidos no tuvieran nada en común ni se conocieran entre ellos. No pinta bien, la verdad.

Sin que lo vea venir, Colin extiende la mano en dirección a mi boca y desliza el dedo pulgar por la curvatura de mis labios, retirándome la espuma de la cerveza.

—Lo siento. No lo he podido evitar —suelta, y me da la espalda para ir a atender a un par de clientes que acaban de entrar, sin percatarse del rubor que asciende por mis mejillas.

A los pocos minutos, Colin regresa. Hoy lleva puesto el mismo jersey verde de cuello alto que llevaba en el avión y que tan bien le sienta.

—Entonces ¿has llegado a alguna conclusión, Bennett?

—Sí.

—¿Sí?

—He llegado a la conclusión de que todas las personas desaparecidas tenían algo en común: problemas. Y estaban desesperadas, cada una a su manera.

—Nada nuevo.

—Ya, pero tiene que haber algo… no, más bien, tiene que haber alguien más. Alguien debe de estar implicado en todas esas desapariciones y…

—Y…

—… ni idea —confieso, sin poder arrancarme de la cabeza a Deirdre y la soledad en la que vive, en el momento en que mi móvil empieza a sonar y en la pantalla centellea el nombre de Jon que Colin alcanza a ver.

Salgo a la calle para atender su llamada, tan atolondrada que ni siquiera le digo nada a Colin y dejo mi abrigo encima del taburete. Eso conlleva a que, nada más salir al frío y lluvioso exterior, me arrepienta de descolgar el teléfono.

—¡Jon! ¿Qué es de tu vida?

—Pero si solo hace un par de días que hablamos…

—Ya, es que aquí el tiempo transcurre diferente. Más lento… con más calma. Me da la sensación de que llevo un mes en Carlingford.

—¿Todo bien?

—Pse…

—¿Eso qué significa?

—Que estoy con dos temas. Por un lado, Deirdre, la autora a la que tanto admiras tú y el resto del mundo, rara y antipática. Me trata fatal. Por muy buena autora que sea, no es una persona que merezca la admiración de nadie, créeme. Y, por otro lado, las desapariciones de Carlingford.

—¿Desapariciones? Qué interesante. Y qué buen título para un artículo.

«Todo está relacionado», me dice una voz, una de esas vocecillas internas influyentes y delirantes debido al montón de películas de misterio que una servidora ha visto.

—Ya. Sí, seguiré indagando. ¿Todo bien por ahí? ¿Sabes algo de Sarah?

—Algo no va bien.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.