Herederos de la singularidad by Víctor M. Valenzuela

autor:Víctor M. Valenzuela [Valenzuela, Víctor M.]
La lengua: spa
Format: epub, azw3
Tags: Novela, Ciencia ficción
editor: ePubLibre
publicado: 2019-06-01T00:00:00+00:00

* * *

Nuria hizo una larga pausa. Temblando levemente, se levantó y arrojó más leña al fuego, luego volvió a su lado sin decir nada. Se tumbó en su regazo y al cabo de unos minutos su respiración cambió quedándose profundamente dormida vencida por el cansancio de la marcha. Jordi siguió despierto pensando en lo mucho que había cambiado su mundo en los últimos meses. Para él y su poblado la vida siempre había sido monótona y previsible. Ellos trabajaban vivían y morían en el poblado sin más ambición que escapar de la ira de los Clérigos y siempre temiendo el día que una deidad iracunda pudiera enviar a los robots a aniquilarlos por alguna afrenta imperdonable. Ellos no lo sabían, pero su aldea no era muy distinta en usos y costumbres de un poblado romano que se había asentado a pocos kilómetros de allí, la única diferencia era que ahora los dioses no vivían en el Olimpo o en el Walhalla o en el cielo, ahora eran reales y vivían en Ciudades Estados.

Finalmente Jordi sucumbió al cansancio y también se durmió, a la mañana siguiente Instructor los guio hasta el borde de las ruinas de la antigua ciudad.

Eran los restos de una ciudad mediana a orillas del Mediterráneo, fundada por los romanos y que había aguantado siglos de guerras, asedios y epidemias de diversa índole, lo soportó todo hasta que llegó la Singularidad y el egoísmo de una clase dirigente sin escrúpulos ni humanidad exterminó a casi toda la población. Hubo revueltas y combates efímeros y desiguales de civiles mal armados contra máquinas de guerra implacables, todavía se veían las huellas de los combates, los agujeros de las balas y los socavones de los obuses. El inexorable paso del tiempo había hecho el resto, según los edificios se iban deteriorando y la maleza invadía las calles, reclamando su sitio después de siglos de ocupación humana. Los humanos se estremecieron al ver el tamaño de los edificios y recordar las historias de Instructor de cuantísima gente que llegó a vivir en las ciudades. Instructor analizaba la situación y repasaba antiguos datos históricos, sus rutinas de simulación de empatía arrojaban extrañas sensaciones que iba identificando como pena, zozobra, remordimiento, desesperación y un abanico de emociones que los humanos podrían sentir al ver aquello, al conocer las causas de toda aquella devastación.

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