Más que un amigo by Sylvia Andrew

Más que un amigo by Sylvia Andrew

autor:Sylvia Andrew
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico
publicado: 2008-08-09T22:00:00+00:00


Capítulo 7

Nada más pronunciar las palabras, Hugo se sintió invadido por el pánico. ¿En qué demonios había estado pensando? Acababa de condenarse para toda la vida. ¡Debía de estar loco!

No había escapatoria. Estaba irremediablemente comprometido. Después de pedir su mano no podía retirarse y mantener su honor intacto. Y, dadas las circunstancias, era impensable que Deborah lo rechazara, sin importar lo que sintiera por él. Con el corazón desbocado, esperó a oír el veredicto de su condena.

Tan aturdida como él, Deborah cedió por un momento, por un momento muy breve, a un arrebato de alegría y esperanza. Pero cuando él permaneció inmóvil, con una expresión de horror cubriéndole el rostro y sin hacer el menor intento por tocarla o mirarla a los ojos, la cordura acabó prevaleciendo...

—Perdóname —dijo ruidosamente—. ¿Podrías... podrías repetirme lo que has dicho?

—Te... —carraspeó—. Te he pedido que te cases conmigo.

La euforia de Deborah se desvaneció como el humo en la brisa. Lo que fuera que había impulsado a Hugo a pedírselo no había surgido del corazón. En cualquier otra circunstancia, o con cualquier otra persona, la reserva de su voz sería risible. Pero Deborah no se sentía capaz de reír.

—¿Por... por qué?

Hugo pareció ofenderse.

—¿Por qué? Creía que era obvio. Necesito una esposa, y me he dado cuenta de que tú podrías ser... ser...

—¿Apropiada?

—Eso cree mi abuela.

—¿Así que me lo has pedido porque tu abuela te dijo que lo hicieras? ¡Creía que tenías más personalidad, Hugo!

Hugo se puso muy rígido. Aquello no estaba saliendo como debería. Nunca antes había pedido la mano de una mujer, pero Deborah tendría que haber reaccionado con gratitud y satisfacción, no con una crítica mordaz.

—Te estas confundiendo —le dijo con frialdad—. Valoro la opinión de mi abuela, pero no te pediría que casaras conmigo sólo porque ella me lo haya recomendado.

—¿Entonces por qué?

—Maldita sea, ¡hace mucho que nos conocemos, Deborah! Te adaptarías sin problemas a esta vida. No creo que esa tendencia a provocar desastres te acompañe toda la vida. Con un poco de ayuda...

—¿Y tú serías quien me ayudara?

—Por supuesto.

—¿Y el amor, Hugo? ¿Tú me quieres?

—¡Pues claro que te quiero! Es decir, te tengo un gran aprecio, y creo que una vez que nos asentáramos podríamos llevar una vida cómoda y apacible los dos juntos.

—Querrás decir una vez que yo me haya asentado. ¿Sin... sin pasión? ¿Sin amor desesperado?

—Ya sabes lo que pienso de esa locura.

Deborah lo miró con una curiosa sonrisa.

—Lo siento. No puedo.

—¿No puedes? ¿No puedes qué?

—¡Casarme contigo!

Hugo se quedó tan aturdido que por un momento no pudo hablar.

—Si te preocupa lo que ocurrió después de la feria, no tienes nada que temer. Te prometo que nunca más volverá a repetirse el comportamiento que tuve en el establo. No soy un animal. Cuando seas mi esposa, te trataré con todo el afecto y respeto que tu posición merece.

—No temo que vuelvas a perder la cabeza —dijo Deborah—. Pero no creo que quiera casarme contigo.

—Pero ¿por qué no? ¿Hay alguien más?

—No.

Hugo empezó a irritarse.

—No puedo creer lo que oigo. ¿Quieres



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.