Vidas rotas by AA. VV

Vidas rotas by AA. VV

autor:AA. VV. [AA. VV.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 2011-08-04T16:00:00+00:00


MANUEL ÁVILA GARCÍA

9 de septiembre de 1987. Guernica/Gernika (Vizcaya). Guardia civil.

Al día siguiente del asesinato del subteniente de la Guardia Civil CRISTÓBAL MARTÍN LUENGO(ver). en Bilbao, la banda terrorista ETA segaba la vida de otros dos agentes de la Benemérita, esta vez en el pueblo vizcaíno de Gernika. Hacia las 22:00 horas, un vehículo camuflado de la Guardia Civil salió del cuartel en dirección a la fábrica de armas Astra, Unceta y Cía. con la misión de realizar labores ordinarias de vigilancia. Cuando la patrulla apenas había recorrido trescientos metros, observaron un coche que les pareció sospechoso.

Al acercarse para inspeccionarlo, el miembro del Comando Eibar Juan Carlos Balerdi hizo estallar mediante un mando a distancia un artefacto explosivo alojado en el interior de ese turismo. La onda expansiva afectó de lleno a los agentes de la Benemérita. El guardia civil Manuel Ávila García falleció en el acto, mientras que el cabo FEDERICO CARRO JIMÉNEZ perecía poco después, cuando era trasladado en ambulancia a un centro hospitalario de Basurto.

Manuel Ávila García era natural de la localidad de Alcalá la Real (Jaén) y tenía veintidós años. Estaba soltero y había sido destinado al País Vasco unos meses antes de ser asesinado.

En 1994 la sentencia número 16 dictada por la sección 1.ª de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó a Jesús María Ciganda Sarratea, Juan Carlos Balerdi Iturralde, Fermín Urdiain Ciriza, Iñaki Zugadi García y Miren Yosune Onaindia Susaeta como autores responsables de un delito de atentado con resultado de muerte, con la agravante de premeditación, a sendas penas de 29 años de reclusión mayor; a 29 años por un delito de asesinato con las agravantes de premeditación y relación con banda armada, y por un delito de estragos, a 4 años, 2 meses y 1 día de prisión menor. A pesar de las largas condenas, en enero de 2006 Fermín Urdiain fue puesto en libertad tras cumplir 16 años y 9 meses de prisión. A los herederos de Federico Carro y de Manuel Ávila se les asignó una indemnización de 15 millones de pesetas por cada uno de los fallecidos.

Véase también Federico Carro Jiménez(ver).



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