Vidas paralelas by Plutarco

Vidas paralelas by Plutarco

autor:Plutarco [Plutarco]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Biografías y Memorias
ISBN: 9788447346226
publicado: 2011-03-29T22:00:00+00:00


¿Quién le tiró primero? Mío, mío es el premio,

entonces, levantándose Pomaxatres, que también asistía a la cena, echó mano a la cabeza, diciendo que aquello más le tocaba a él que al actor; lo que cayó muy en gracia al rey; y habiéndole remunerado, según la costumbre patria, dio a Jasón un talento. Este término se dice haber tenido la expedición de Craso, acabando verdaderamente como una tragedia. Hirodes y Surenas experimentaron, al fin, castigos dignos, el uno de su crueldad y el otro de su perjurio; porque a Surenas, de allí a poco, le quitó la viela Hirodes, envidioso de su gloria, y a éste, después de haber perdido a Pácoro, muerto en una batalla, en que fue vencido de los Romanos, en ocasión de hallarse doliente de una enfermedad que declinaba en hidropesía, su otro hijo Fraates, atentando contra su vida, le dio acónito; mas como la enfermedad recibiese bien el veneno, de manera que con él terminó, habiéndose quedado Hirodes enteramente enjuto, tomó aquel el camino más corto, y entrando en su cuarto le ahogó.

COMPARACIÓN DE NICIAS Y CRASO

I.- Viniendo a la comparación, la riqueza de Nicias, puesta en paralelo con la de Craso, tiene una adquisición y un origen menos culpable: pues aunque nadie tenga por irreprensible la que procede del beneficio de las minas, que en gran parte se hace por medio de hombres criminales o de bárbaros, de los cuales algunos están allí aprisionados y otros fallecen en aquellos lugares perniciosos e insalubres, con todo, es más tolerable que la que se granjeó con las confiscaciones de Sila y con los destrozos del fuego, medios de que se valió Craso, como pudiera haberse valido de cultivar el campo o de ejercer el cambio. Por de contado, de los graves cargos que a éste se hacían, aunque él los negaba, de que por dinero defendía causas en el Senado, de que era injusto con los aliados, de que adulaba a mujercillas, y, finalmente, de que era encubridor de gente mala, ninguno, ni aun con falsedad, se hizo jamás a Nicias. Burlábanse, sí, de él, porque malgastaba su dinero, dándolo por miedo a los calumniadores; pero en esto hacía una cosa que quizá no habría estado bien a Pericles y a Aristides, pero que en él era necesaria, por no tener carácter para sostenerse con firmeza; sobre lo que posteriormente habló a las claras al pueblo Licurgo el orador en causa que se le hizo sobre haber ganado con dinero a uno de los calumniadores: pues se refiere haber usado de estas palabras: “Me alegro de que habiendo tenido por tanto tiempo parte en vuestro gobierno se me acuse de haber dado y no de que he recibido.” En sus gastos fue más ceñido Nicias, empleando su caudal en ofrendas, en dar espectáculos y en instruir coros, cuaudo todo lo que Nicias tuvo fue muy pequeña parte de lo que derrochó Craso en dar un banquete a tantos millares de hombres y en abastecerlos después; mas



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