Un drama en el Lunatic Asylum by Gustave Le Rouge

autor:Gustave Le Rouge [Le Rouge, Gustave]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Aventuras, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2012-01-01T00:00:00+00:00

V

LA FIRMA

Oscar Tournesol, a pesar de la proposición que se le había hecho, rehusó acompañar a sus amigos en su viaje a San Luis y New-Orleans. El jorobado tenía sus proyectos. Con la independencia de carácter y la tenacidad, que eran sus cualidades dominantes, pensó que hasta entonces no se habían puesto en práctica los medios más seguros para encontrar la pista del señor Bondonnat. Según él, hubiese sido necesario afiliarse a la asociación de la Mano Bermeja, porque estaba persuadido de que solamente de esta manera habría de llegar a un resultado. Se prometió explorar los bajos fondos de la ciudad de New-York y trabar a toda costa conocimiento con alguno de aquellos bandidos.

Una mañana se fue a ver a Fred Jorgell, quien precisamente estaba de un humor excelente, pues aquel mismo día el ingeniero Harry había podido, por primera vez, bajar al jardín apoyado en el brazo de miss Isidora y de Agenor Marmousier.

—Vengo a pedir a usted una licencia —dijo al multimillonario, y expuso claramente su proyecto, que Fred Jorgell acogió con una sonrisa.

El espíritu de actividad tan original del jorobado le era cada vez más simpático.

—¿Quieres una licencia, amigo mío? —dijo—; pues bien, sea. Haz lo que gustes. Después del servicio que acabas de prestarme, no puedo negarte absolutamente nada. Además, si tienes necesidad de algún dinero, pídeselo a mi amigo Agenor, que te dará un vale contra mi caja.

—Acepto su ofrecimiento, pero no abusaré de él. Así, pues, no se preocupen ustedes por mí, aunque desaparezca durante una semana o tal vez más.

—Pero ¿adónde te marchas?

—Permítame usted que no se lo diga, porque, para que mis proyectos lleguen a buen fin, es necesario llevarlos con el mayor secreto.

—Como quieras —dijo el multimillonario sin insistir—. ¡Hasta la vista, pues, querido, y buena suerte!

Horas más tarde, Oscar Tournesol, que se había vestido con su antiguo y deteriorado traje de limpiabotas, hacía su primera aparición en un extraño establecimiento llamado el Gorill Club[9], situado en la parte más sórdida y más fangosa del barrio irlandés. El Gorill Club era un establecimiento de un género completamente especial y del cual no se hubiera encontrado otro equivalente en toda América. Era una especie de escuela profesional, en donde, mediante la módica retribución de tres dólares por semana, los equilibristas, los atletas, los hombres-serpientes, los tragadores de fuego, los encantadores de serpientes, en una palabra, los acróbatas de todo género, iban a perfeccionarse en su arte. Un antiguo director de circo, el honorable Mr. John Sleary, dirigía los destinos de este instituto de tan nueva especie, del cual era asimismo propietario.

Este nombre del «Club de los Gorilas» procedía de una troupe de clowns que, cubiertos con pieles de mono, realizaban ejercicios peligrosos a la vez que cómicos, que habían sido aplaudidos en algunas ciudades del antiguo y nuevo continente. Y un poco de esta gloria había quedado para la escuela donde tan modestamente habían debutado.

Después de atravesar algunas callejuelas fangosas donde jugaban chiquillos medio desnudos y donde de tiempo en tiempo

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