Un café bien caliente by Katelyn Fitzgerald

Un café bien caliente by Katelyn Fitzgerald

autor:Katelyn Fitzgerald [Fitzgerald, Katelyn]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Erótica
editor: Autopublicarte
publicado: 2020-01-30T23:00:00+00:00


Capítulo 4: ¿Qué puede ser más caliente que un café?

Confieso que no sé qué ponerme.

¿Qué se pone una mujer para acostarse por primera vez con una cita de Tinder?

Tengo ropa interior delicada. Alguna vez la compré con la intención de reavivar la llama con Alexis; y ni atención que le prestó. Me quedé semidesnuda con una copa de vino al lado del de las llamas del hogar, que me calentaron mucho más que él esa noche, que se fue a dormir sin hacerme caso.

Quizá sea demasiado, pero no importa. Esta noche quiero sentirme sexi. Esta es mi noche. Quiero tener sexo tan duro y caliente que me queden las piernas temblando y si la ropa interior cara que guardo en un cajón olvidado puede servir para garantizarlo, que sea bienvenida.

Llevo un conjunto de encaje negro, y portaligas. Me pongo un vestido del mismo color y zapatos de tacón; luego me pino y me maquillo. El labial rojo resalta mi tez pálida, y va bien con mis ojos y cabello de color café intenso.

Me pido un Uber. El departamento de Darío queda cerca, pero no me atrevo a ir sola caminando a estas horas. Percibo la mirada del conductor cuando subo, y me doy cuenta de que antes de esta mañana tenía mi radar apagado; casi no me percataba del deseo que otros sentían por mí. Tampoco me permitía sentir deseo por otros.

«Cuando una se mete en una relación en la que solo tiene ojos para su pareja, ocurre que deja de darse cuenta de que hay otros que la desean también», me digo. Fueron demasiados años de no tener ojos para nadie más, y mucho tiempo el que estuve debatiéndome la posibilidad de ser infiel. Si Alexis no hubiera dejado de prestarme atención, jamás se me hubiera cruzado por la mente. Fue su negligencia la que me obligó a llegar a este punto.

Al fin llego al edificio donde vive Darío. Es un lugar para gente de buen pasar. ¿Tan bien ganará con su trabajo como barista? Toco timbre y al poco rato baja a abrirme el portón. Me da un suave beso en los labios y acaricia mi mejilla, cosa que se había quedado con ganas de hacer cuando nos vimos en el café y me confesó luego por Whatsapp. «Nada de demostraciones de afecto en público», era una de mis condiciones. La ciudad es grande, pero las posibilidades de que algún conocido nos vea no son tan improbables.

—Estás muy hermosa —me dice.

Él también se ve muy guapo. Se ha puesto pantalones negros y una camisa blanca con el primer botón desprendido. Huele muy bien, me pregunto qué perfume usará. Es demasiado varonil, y eso puede conmigo.

Cuando subimos al ascensor se me acerca, huele mi cuello como si de un cazador se tratase, se inunda con mi aroma y eso parece causarle profundo placer. Roza mi piel con sus labios, me toma de la cintura y me atrae más hacia sí. Luego me da un beso profundo que me deja sin respiración.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.