Tuya sin condiciones by Mari Díaz

autor:Mari Díaz [Mari Díaz]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántica
editor: Libros4.com
publicado: 2017-01-14T23:00:00+00:00

El resto de la semana fue bastante agitado, entre el viñedo, las compras y los guardaespaldas que me seguían a todas partes el tiempo se me iba volando. El sábado en la mañana Samantha me telefoneó.

— ¡Cuñadita! ¿Cómo has estado?

—Hola Samantha, bastante ocupada pero bien, ¿y tú?

—Pues muy feliz, Marquitos me dijo que tendré sobrina, así que nos sale celebración.

—Ni lo sueñes pequeñita. —Le aclaré entre risas.

—Es broma, te llamo porque seguro no recuerdas que el próximo sábado es el cumple del gruñón de la casa, así que debemos planificar una fiesta sorpresa.

— ¿El cumpleaños de Marcus? —Era un gran detalle que había olvidado, o tal vez nunca conocí.

—Así como lo oyes, y aunque él sea tan rígido como una piedra y frío como un iceberg, tú eres la única que puede sacarle el jugo a esa piedra, y agüita a ese hielo —Rió a carcajadas.

— ¿Tienes algo en mente?, porque no se me ocurre nada de momento.

—En realidad sí, ¿recuerdas Carnival? —Preguntó divertida.

—Cómo olvidarlo, si me dejó una resaca del demonio, pero no creo que a él le guste ese lugar.

—El caso es que a él no le agrada nada, sólo le gustas tú, por lo tanto, si estás tú él estará bien.

—Me halagas. —Respondí sonriendo.

—Créeme es más que halagador, eres mi heroína; en fin, la idea que tengo es sencilla, rentaremos el lugar, lo decoraremos al gusto del gruñón, contrataremos la música acorde y listo, ¿qué te parece?

—Se escucha genial, tengo a la decoradora ideal, Sandra nos ayudará con los preparativos, el banquete y toda la decoración, tú y yo haremos la lista de invitados, buscaremos la música y… ¡Samantha debo comprarle un obsequio!

—Mujer que más obsequio, te tiene a ti y como bono extra le darás una hija, creo que tiene suficiente para el resto de su vida.

Reí ante las ocurrencias de mi cuñada, sin duda era una chiquilla con mucha chispa y buen humor.

— ¿Crees que podamos reunirnos para planificar mejor esto? —Preguntó con cautela.

—Va a ser bastante complicado, pero se me ocurre que nos veamos en el viñedo y desde allí hagamos parte del trabajo, para el resto tendré que escaparme.

—Seguro que lo lograrás, besos cuida mi sobrina.

—Bien adiós.

No tenía ni la menor idea de cuál podría ser el mejor obsequio para mi marido, apenas se me ocurría algo, lo desechaba por algún motivo, de todas formas tendría toda la semana para pensar mejor en ello.

— ¿Qué haces levantada tan temprano?

Marcus asomó su rostro por la puerta del jardín, llevaba el pelo revuelto y un pantalón de chándal negro, los pies descalzos; y todo su torso descubierto, era un deleite mirarlo.

— ¿Temprano?, son las ocho de la mañana príncipe.

— ¿De verdad?, entonces te has levantado muy temprano, hoy es sábado y tendrías que estar ahora mismo en la cama conmigo.

Se acercó sonriente con una camiseta sin mangas en su mano y se la colocó rápidamente.

—Buenos días a mis princesas.

Me dio un tierno beso en los labios y otro en el vientre.

— ¿Has considerado que estás destinado a estar rodeado de mujeres? —Pregunté con sorna.

Sonrió mordiendo su labio inferior.

—No me molesta para nada si se trata de las mujeres que más amo, las demás no me interesan. —

Hizo una pausa para darme un beso en la frente— Desayunemos en el yate, hoy es el torneo de veleros, y Frank me envió un mensaje para recordarlo, ¿te animas a venir?

—Contigo iría al fin del mundo si me lo pides así. —Respondí con sensualidad.

Se encogió de hombros con una sonrisa ingenua.

—Te juro que no tengo idea de lo que hablas.

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