Tik Tak Teeth (Trilogía Tik Tak Teeth nº 1) (Spanish Edition) by Ruiz Sánchez Beatriz

autor:Ruiz Sánchez, Beatriz [Ruiz Sánchez, Beatriz]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2020-08-10T05:00:00+00:00

Capítulo 16. La noche que lo cambió todo

—Buenas noches, Eunhyuk —Namkyun le saludó cuando el prefecto pasó de largo.

Él sólo le apuntó con la cabeza, pasando una veloz mirada sobre la notable tensión de su compañero Taeyeon. Cuando giró la esquina y desapareció de sus vistas, ambos moroi volvieron a mirarse.

—Funcionó. Igual que con Jun Bin —dijo con asombro.

—Lo hizo —Namkyun se cruzó de brazos frente al peliclaro—. ¿Estás mejor? Ayer apenas… saliste del dormitorio.

Taeyeon se encogió de brazos levemente.

—E-estoy bien. Creo —resumió en voz baja.

Jaymin apareció en el pasillo vestido con el uniforme negro de entrenamiento, botas anudadas hasta las rodillas y mitones de cuero. Se dirigió rápidamente hacia ellos, y cuando les alcanzó extendió un brazo sobre los hombros de Taeyeon alegremente.

—Oye, quiero verte animado —sugirió el dhampir—. ¿Sabes lo que Tess me dijo? Que podríamos pasarnos por las caballerías siempre que quisiéramos. Podrías probar uno.

La sonrisa de Taeyeon iluminó su rostro.

—J-Jungguk me dijo… —añadió bajando el tono de voz—. Yo, quiero que sepas… q-que he pensado algo. Más bien planeado.

La sonrisa del moroi se apagó lentamente, cuando Jaymin soltó su lazo. Se posicionó frente a él con solemnidad, posando una mano sobre su propio pecho. Sobre el corazón.

—Cuando me gradúe —manifestó—: aplicaré para ser tu guardián. Sólo si tú aceptas, claro.

Taeyeon abrió la boca. Hasta sexto curso, Jaymin y Jungguk habían bromeado muchas veces con ser sus escoltas personales. Pero todo quedaba siempre en el aire. Jungguk era el único con un compromiso pre-pactado, y Jaymin podría acabar por cualquier otro moroi que desease contratar sus servicios.

—¿E-en serio?

—Por supuesto. Eres de la realeza —expresó con franqueza—, y como hermano pequeño del rey, necesitarás seguridad doble. Yo prometo ofrecértela, Taeyeon. Te acompañaré si me aceptas.

Taeyeon se sintió conmovido y abrazó al joven con dicha. Jamás pensó que le haría sentirse tan feliz que alguien como Jaymin le solicitase ser aceptado en el futuro. Pero, por supuesto que lo haría. Y no sólo porque fuese su amigo, sino porque Jaymin era (peligrosamente) lo suficientemente digno como para rozar por los pelos a Jungguk en las listas de mejores novicios en sus entrenamientos avanzados.

Namkyun sonrió cuando los chicos se abrazaron. La escena se le hizo tan dulce, que empezó a dudar de si Jaymin tenía fiebre o se trataba de una intoxicación alimenticia. ¿Tal vez había comido demasiados pastelitos de arroz?

—Creo que eso de tener novia te ha hecho transcender como persona —se burló cuando se soltaron.

—Espera, ¿tienes novia? —cuestionó Taeyeon levantando ambas cejas.

—¡No es mi novia! —se defendió el dhampir—. Hielitos, ¡voy a matarte si no dejas de decir eso!

—No me llames hielitos, animal —gruñó él.

—¡Y tú no me llames animal!

—A veces te comportas como uno —replicó el peliblanco.

—¿Por qué no vas a clavarle los dientes a esa con la que estabas? Ah, Irissa-

Namkyun tapó su boca con ambas manos, y Jaymin se tambaleó agarrando sus muñecas para zarandearle. Sí. Si había un dhampir y moroi que se llevasen como perros y gatos en la academia de Incheon, eran esos dos.

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