Solo un día by Dani Collins

Solo un día by Dani Collins

autor:Dani Collins
La lengua: spa
Format: epub
editor: Harlequin, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
publicado: 2022-08-24T10:34:22+00:00


Capítulo 8

BECCA.

El temporizador del horno sonó en ese momento.

«Maldita sea».

Van se levantó para sacar el pastel del horno, aunque no sabía muy bien cómo habría salido porque no tenía experiencia.

«Te estoy haciendo un pastel, ¿no?».

«Era nostalgia, Van. ¿Crees que somos la primera pareja que hace el amor después de separarse?».

Le había dolido escuchar eso, aún con el subidón del orgasmo, pero según Becca no debían darle importancia.

La nostalgia que había provocado el apasionado encuentro se marchitó al recordar el engaño de su padre. Casi había olvidado el papel de Becca en todo eso. Aunque no lo hubiera hecho a propósito, su padre había visto su decisión de quedarse en Sídney con ella como una traición.

Esa última discusión había sido mucho peor de lo que le había contado a Becca. Aunque estaba decidido a abrir su propia empresa y de verdad no quería trabajar con él, las acusaciones de su padre le habían dolido y habían hecho que se preguntase si se parecía más a su familia de lo que le gustaría admitir. Tal vez también él usaba a la gente por conveniencia y le daba la espalda a los compromisos cuando ya no le interesaban.

En su mente, seguía cumpliendo las promesas que le había hecho a Becca, pero cuando ella le dijo que su matrimonio estaba roto, de inmediato la catalogó en la categoría de gente que le había hecho daño y de la que no quería saber nada.

Esa acusación la había dolido, podía verlo en el brillo de sus ojos castaños. Y la verdad era que Becca era lo bastante sentimental como para ir hasta allí solo por un modesto medallón.

Esa era una de las razones por las que se había sentido tan atraído por ella, por las que se había casado con ella. Bec no era como otras personas de su entorno, que siempre buscaban algo de él, fuese dinero, estatus o simplemente una fotografía con el campeón.

¿Era el medallón la única razón por la que estaba allí? No lo sabía.

Había estado furioso con ella por dejarlo solo en el peor momento de su vida, por no tener su cálido abrazo cuando volvía a casa. Se había acostumbrado a que ella estuviese allí al final del día…

Van torció el gesto, reconociendo el egoísmo de su padre en ese pensamiento. Había estado muy ocupado cuando volvió a Canadá y si Bec hubiese regresado con él habría vuelto a su antiguo patrón de comportamiento. En lugar de decirle que tenía que entrenar, le habría dicho que tenía que trabajar. A pesar de lo que le había prometido en Sídney, nada habría cambiado.

«Me encontraba sola tan a menudo que se me olvidó que estaba casada».

Iba a divorciarse de él porque, en realidad, nunca había tenido un marido. Esa era la verdad. Y si quisiera su dinero podría habérselo gastado, pero no lo había hecho. Ni siquiera le había pedido que le comprase el billete de avión.

Sí, conociéndola, era de esperar que hubiese ido hasta allí para buscar algo que era importante para ella, aunque solo fuese un sencillo medallón.



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