Siempre estuve esperándote by Andrea Muñoz Majarrez

Siempre estuve esperándote by Andrea Muñoz Majarrez

autor:Andrea Muñoz Majarrez [Majarrez, Andrea Muñoz]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romantica
publicado: 2018-05-06T22:00:00+00:00


Capítulo 10

Al día siguiente, Aiden se despertó temprano, y salió de la habitación sin que Sophia, que aún estaba durmiendo, se diera cuenta. Se puso ropa deportiva, desayunó y una vez estuvo listo, salió por la puerta. Como cada mañana, se disponía a salir a correr durante una hora. Pero esta vez no iría solo. Liam iba a acompañarlo. Siempre que estaban en Kinsale, solían salir a correr juntos. A ambos les gustaba mantenerse en forma. No en vano, era una buena preparación para el partido de fútbol que disputarían en unos días.

Aunque Aiden prefería estar solo en esos momentos, para poder pensar en soledad, decidió no poner objeciones. Los dos hermanos corrían uno al lado del otro, manteniendo el mismo ritmo, callados y concentrados. Pero en un momento dado, Liam decidió romper el silencio:

—Debo admitir que aún sigo un poco sorprendido por lo tuyo con Sophia. Apenas me lo pude creer cuando me lo contó.—admitió Liam, mientras resoplaba por el esfuerzo.

Aiden le echó un vistazo, visiblemente molesto.

—¿Por qué te extraña tanto?

—Porque no es tu tipo. No sueles salir con chicas así.—respondió, encogiéndose de hombros.

Aiden sonrió con sorna.

—Me da a mí que estás un poco celoso.

Liam lo miró indignado, sin dejar de correr.

—Pero ¿de qué estás hablando?

—Lo que oyes. Te fastidia no ser el centro de su atención. —contestó Aiden.

Liam puso una mueca de enfado y apretó los labios con furia.

—¡Retíralo!—exclamó como si fuera un niño pequeño.

Ambos empezaron a acelerar el paso.

—Si me ganas, lo retiro.—le retó Aiden con gesto desafiante.

—¡Vale! Cuento hasta tres. ¡Uno, dos y tres!—dijo Liam, saliendo disparado del lado de su hermano.

Aiden no se amedrentó y salió corriendo tras él. Liam llevaba ventaja, y miraba de vez en cuando hacia atrás, buscando a su hermano. Viendo la enorme distancia que los separaba, sonrió triunfal. La gente por la calle los miraba asombrados, y alguno incluso los animaba.

Minutos más tarde, cuando iban a cruzar la esquina de la calle que los llevaba directos a casa, Aiden consiguió reunir toda su fuerza, y adelantó a su hermano. Liam se quedó con cara de tonto, al verlo pasar a su lado a toda velocidad. Parecía un rayo. Este no se rindió, e intentó recuperar el primer puesto, sin éxito. Finalmente, llegaron a casa, totalmente exhaustos y agotados.

Sophia estaba bajando por las escaleras, justo cuando los dos hermanos entraron por la puerta principal. De repente, se quedó sin aliento. La visión de Liam, sudoroso, con esa camiseta ajustada deportiva que le sentaba tan bien, le imponía muchísimo. Los miró con cierta preocupación, al verlos a los dos tan cansados y azorados.

—Buenos días.—dijo Sophia.

Ambos la miraron, asintieron y le hicieron un gesto con la mano en forma de saludo, sin articular palabra. Ella se rio tímidamente, y se fue hacia la cocina, donde Carol estaba sirviendo el desayuno. Sean estaba ya sentado a la mesa, con el periódico abierto, leyendo la página de deportes. Liam y Aiden se sentaron uno a cada lado de Sophia, que los miró estupefacta y algo nerviosa.



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