Si esperas por mí by Corín Tellado

Si esperas por mí by Corín Tellado

autor:Corín Tellado [Tellado, Corín]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 1980-12-31T16:00:00+00:00


X

No se había movido aún, cuando de súbito se abrió la puerta con cierta fiereza.

Santi elevó los ojos conjuntamente, claro está, con la cara, cuyas sienes dejó de oprimir.

Allí tenía a Isabel.

Como minutos antes. Vestida igual y con el ceño fruncido. Los azules ojos muy vivos y rutilantes.

—¿Por qué? —preguntó con voz sibilante—. ¿Por qué has hecho tú una cosa así?

Santi estuvo a punto de soltar todo a borbotones, pero el terror a la risa de Isabel le contuvo y prefirió pasar por un fresco.

—Santi, yo podía esperar muchas cosas de ti, pero eso jamás. Todos los hombres para mí, hasta la fecha —aquí una voz fría que Santi no conocía en ella—, han sido enanos y jamás uno me besó sin que yo estuviera de acuerdo. Robarme un beso así me parece una inmoralidad. Tú que andas todo el día preocupado por mi virginidad y que tus amigos me ponen verde y que además presumes de moralidad, que vives en mi casa y mis padres y yo te profesamos afecto, ¿por qué has perdido en un segundo toda mi estimación?

Santi empezó a parpadear.

Creía merecer todos los reproches y le hubiera bastado una palabra para contenerlos o desvanecerlos, mas se quedó mudo y absorto mirando la cara de Isabel que en las sombras se veía desdibujada.

—No es que yo dé importancia a un beso más o menos —seguía diciendo Isabel con voz un poco ronca—. Pero entre tú y yo había una amistad y un afecto, y que me salieras como si fueras un ladrón furtivo, me desconcierta y me entristece. Puedo parecerte muy frívola y tus amigos carrozas tener un pésimo concepto de mí, pero para evitar que esto vuelva a ocurrir, te diré una cosa que no pensaba decirte jamás. Tu amigo Pablo Villegas me hace la corte desde hace mucho tiempo. ¿Sabías eso? No, seguramente que es el que más me critica —su voz se hacía cada vez más sibilante—. Pues si yo quisiera sería un ligue más, con la diferencia de que a ese, de proponérmelo, lo haría papilla. No tengo intención de jugar con los sentimientos de nadie ni con los míos. Pero una cosa está clara. Si algo me saca de quicio no es que me confunda un conocido cualquiera, pero sí que me confunda un conocido amigo.

—Oye, Isa, yo…

—No me des explicaciones porque serían tan pobres que me obligarían a propinarte una bofetada. No me gusta que me pillen por sorpresa, ¿te enteras? Lo considero tan grave casi como una violación. Y que eso me lo hayas hecho tú me saca de quicio porque mi estima hacia ti menguará en lo sucesivo y en un grado muy considerable.

—Perdona, Isa.

La voz de Santi era acongojada.

Parecía sibilante y atragantada.

Pero Isabel estaba tan enojada, que no frenaba su verborrea.

—Es tan injusto, improcedente y absurdo lo que has hecho que me daría asco oír tu explicación por pausible que pareciera. Has perdido puntos en mi estimación, y, repito, no se trata de que yo dé importancia a un beso más o menos, pero según quien me lo dé y según de la forma que me lo den.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.