Seducción en África by Elizabeth Lane

Seducción en África by Elizabeth Lane

autor:Elizabeth Lane
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico, Novela
publicado: 2015-01-17T23:00:00+00:00


Capítulo Siete

Megan notó que Cal se tensaba, y por un momento se le encogió el corazón, pero él se recuperó rápidamente del shock, porque lo notó sonreír contra su boca antes de que tomara las riendas. Sus labios se fundieron con los de ella, y la besó de un modo tan sensual, que Megan sintió un cosquilleo delicioso entre las piernas.

El temor aún estaba ahí, adormecido en las profundidades de su conciencia, pero el beso de Cal la arrastró como la marea, y paladeó la dulzura de algo que creía perdido.

Al cabo, sin embargo, y demasiado pronto a juicio de ella, Cal puso fin al beso.

–No estamos solos –murmuró en su oído.

Megan miró hacia delante y se encontró a Harris vuelto en su asiento, mirándolos con una sonrisa divertida.

–¡Que me aspen! –dijo guiñándoles un ojo–. Ya sabía yo que antes o después acabaríais «entendiéndoos». Solo ha hecho falta una tormenta, una rueda atascada en el barro y una manada de búfalos.

–Vista al frente, viejo granuja –le dijo Cal con una sonrisa socarrona.

Cal la ayudó a volver a su asiento antes de hacer él otro tanto, y cuando estuvo sentado de nuevo a su lado le pasó un brazo por los hombros y la atrajo hacia sí.

El corazón a Megan le latía con fuerza mientras pensaba en el arriesgado paso que acababa de dar. ¿Significaba aquello que estaba recuperándose, o sería simplemente que se había dejado llevar por la emoción del momento?

Estaba ansiosa por volver a estar bien. Quería vivir sin miedo a las relaciones íntimas, poder volver a hacer el amor, e incluso tal vez casarse y tener hijos; eso era lo que siempre había querido.

Por primera vez vislumbraba un brillo de esperanza. Había luchado contra la atracción que sentía por Cal desde que lo había conocido, pero ya no había razón para seguir luchando. Su fortaleza la hacía sentirse segura, y aquel beso le había dejado una sensación maravillosa. Sin embargo, no estaba segura de que debiese arriesgarse más, sobre todo sabiendo como sabía la razón por la que Cal había ido allí. ¿Podía fiarse de que no intentaría manipularla o que no usaría su vulnerabilidad en su contra? La noche anterior se había portado muy bien con ella, pero no estaba segura de que pudiera confiar en él, ni de que ella no se dejaría llevar demasiado.



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