Reinos Olvidados - La Guerra Reina Araña 2 by Thomas M. Reid

Reinos Olvidados - La Guerra Reina Araña 2 by Thomas M. Reid

autor:Thomas M. Reid [Reid, Thomas M.]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2011-07-13T05:00:00+00:00


--¡Señoras! Son duergars! Cientos de ellos, nos rodean... ¡nos están atacando! --otra conmoción sónica puso al muchacho sirviente de rodillas, y pareció aferrarse al suelo del terror--. Queman hasta las mismas piedras, Madres. ¡La ciudad está en llamas!

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Aliisza estaba más que un poco sorprendida de ver la horda de duergars al parecer saliendo de la nada alrededor del gran palacete donde habían entrado Pharaun y sus compañeros. Aunque por la mirada de sus rostros, ella no estaba tan sorprendida como los los drow que custodiaban el lugar. Los enanos grises, a quienes ella estimaba que eran unos trescientos, habían formado una línea sobre un costado del palacete antes de volverse invisibles al disparar una descarga de flechas de ballestas. También volearon varias docenas de potes de arcilla, los cuales estallaron en bolas de llamas anaranjadas al chocar contra el muro de piedra que rodeaba al palacete.

Los pocos drows que habían estado paseándose cerca de las suntuosas puertas de entrada lucharon por cubrirse mientras los golpeaban la lluvia de piedras y bombas incendiarias. La ráfaga del ataque inicial sacudió toda la red de calles, y Aliisza tuvo que mejorar su agarre para evitar resbalarse y caer del techo de un edificio del lado opuesto de la plaza abierta. Cuando pudo volver a mirar, vio que pocos de los elfos habían sobrevivido el primer ataque. Sonó rápidamente una alarma dentro del patio del edificio con forma de quiste, y más drows aparecieron desde adentro, de hecho un gran contingente de ellos.

Aliisza observó como formaban una línea a lo largo del muro protector y devolvían el fuego con sus ballestas de mano. Varios duergars cayeron ante la barricada, pero los enanos grises exhibían tácticas prudentes, formando un muro protector con el rango anterior y disparando una segunda descarga desde atrás de esa barrera protectora. En varios lugares, la piedra misma pareció arder por las bombas de fuego de los duergars y el fuego se estaba expandiendo.

En la plaza, los ciudadanos de Ched Nasad lucharon por cubrirse, y a la distancia, Aliisza pudo ver una larga columna de tropas marchando, por una red de calles arriba, en su dirección. Los duergars estaban por recibir compañía no deseada... o eso es lo que ella pensó.

Ahí fue cuando una segunda masa de enanos grises apareció dentro del patio, flanqueando a los drows que habían una línea de defensa frente a las puertas.

Oh, que astutos, pensó la diablesa. Parece como que ya lo han hecho una o dos veces antes.



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