Quién de nosotros by Mario Benedetti

Quién de nosotros by Mario Benedetti

autor:Mario Benedetti [Benedetti, Mario]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Drama
editor: ePubLibre
publicado: 1953-01-01T00:00:00+00:00


24

Hace una hora y media dejé de escribir, convencido de que lo había dicho todo. Sin embargo, he releído línea a línea cuanto escribí este domingo, y… ¿cómo pude ser tan cretino?

No he mencionado a Teresa ni una sola vez. Mas no es sólo esto: he concluido pomposamente mi larga lamentación con un alarde estúpido de sinceridad. Pero ¿estoy escribiendo para mí mismo, para ver más claro, para ser consciente? ¿O acaso alimento cierta esperanza, que no me atrevo a confesarme, de que alguien recorra alguna vez este cuaderno y todo mi relato tienda por eso a ser una tardía justificación, una defensa ante ese posible, ignorado lector? Recuerdo la repugnancia que me produjo, hace ya muchos años, la lectura del diario de María Bashkirtseff desde el momento en que (sin confesárselo en forma explícita, es decir, manteniendo las apariencias de diario íntimo) deja de escribir para sí misma y empieza a anotar para la posteridad. ¿Estaré falseando yo también mi retrato íntimo, la verdad estricta acerca de mí mismo? ¿A quién pretendo engañar? ¿A qué posteridad?

Después de todo, mis relaciones con Teresa no son inconfesables. Debería avergonzarme mucho menos un vínculo así, con una mujer primaria, elemental —que goza, razona y actúa en función de su cuerpo, que está hecha del más legítimo, del más puro sexo—, que mi unión oficial con Alicia. Alicia y yo hemos perdido la gracia, hemos perdido esa ceguera virtual que concede el amor cuando nos inaugura. Hace ya demasiado tiempo que somos lúcidos y desgraciados.

Sumergirme en la existencia de Teresa, instalarme cada cuatro o cinco días en su pequeño apartamento de la calle Mercedes, significa aproximadamente una liberación, una liberación grosera, claro, pero sin duda la única que merezco, la única que puedo disfrutar. Lo cierto es que cuando veo, desde el sillón imitación Bergère, la actividad que despliega Teresa para hacer un plato especial, a mi gusto, o cuando recorro, palmo a palmo, su cuerpo franco, sincero, sé que poseo toda la Teresa posible, que ella es eso y nada más; no sé por qué, pero, me siento paternal e importante, y mis caricias son aproximadamente una concesión.

La verdad es que así me veo protegido contra mí mismo, contra mi cobardía, contra mi miedo. Siempre que alguien me ha convencido de que mi palabra vale por sí misma, de que mis actitudes pueden influir, no he podido sustraerme a una clara sensación de bienestar. Es prodigioso el efecto que me produce hallar que alguna persona depende de mí y vive atenta a mis reacciones, pendiente de mis consejos. En cambio, Alicia no depende de mí; es decir, depende sólo en cuanto se relaciona con sus limitaciones; pero dentro de las fronteras que le impone este vínculo, ella vive su propia existencia, en la que no intervengo. El mayor —y único— reproche que le hago es, pues, esa horrible ajenidad a que me condena; esa convicción de que, en último rigor, nada tengo que ver con ella.

Con Teresa sí tengo que ver, pero —claro— no me satisface.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.