Princesa blanca by Ellen J

Princesa blanca by Ellen J

autor:Ellen J.
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Erótico, Romántico, Novela
publicado: 2016-01-06T00:00:00+00:00


15

Ni siquiera las nubes negras, el ojo que ahora tenía un tono verde amarillento y el principio de una nueva semana de clases consiguió aguarle la fiesta. La perspectiva de ver a Judith de nuevo le puso de tan buen humor que hasta Mike lo notó nada más entrar en el coche.

Su amigo se dedicó a intentar sonsacarle todo tipo de detalles sobre la noche anterior pero consiguió que se diese por satisfecho con una descripción pormenorizada del orondo culo de la señorita Freemantle vibrando con cada acometida del profesor de música.

Cuando salieron del Civic, la inmensa nube negra parecía suspendida sobre ellos amenazando con descargar una intensa tormenta pero, por esta vez, tuvieron una tregua y el agua no empezó a caer hasta que estuvieron dentro del instituto.

Al llegar a las taquillas Judith le estaba esperando. Fue una sensación nueva abrazar a la joven y besarla delante de todo el mundo, saboreándola y acariciándola sin tener que esconderse ni temer a ningún novio celoso. Judith se separó para coger aire y aprovechó para mirar alrededor un poco avergonzada pero satisfecha.

Llegaron a la clase de química cogidos de la mano y no se separaron hasta que se vieron obligados a sentarse en sus pupitres. Desde su asiento vio como Amber no podía evitar una mirada de desilusión cuando los vio entrar tan acaramelados.

A la profesora Freemantle, también se la vio inusualmente satisfecha y sus movimientos, ya de por si felinos, eran especialmente lánguidos ese día.

La única nota discordante era Johnny. El novio de Amber aunque no se había acercado ni había amenazado a Joey de ninguna manera, mantenía un gesto hosco y una actitud silenciosa muy poco frecuente en él. Joey no sabía que pensar. Confiaba en la palabra de Amber pero le había humillado y tarde o temprano intentaría tomarse la revancha.

Al terminar las clases Mike desapareció oportunamente y Joey pudo llevar a Judith a casa. Por el camino pararon a comprar unos capuchinos para llevar y los tomaron en un lugar discreto a las afueras de la ciudad.

—¿Puedo hacerte una pregunta sin que te enfades? —dijo Judith dando un sorbo a su café.

—Adelante.

—¿Lo pasabas bien con Amber?

—¿De veras quieres saberlo? —preguntó Joey intentando ganar tiempo para sopesar hasta dónde podía contarle.

—Sí.

—Amber es una mujer irresistible. Está acostumbrada a obtener todo lo que quiere y creo que se encaprichó de mí. Yo creí que era otra cosa, pero para ella solo era sexo y un poco de diversión.

—¿Aun la deseas? —preguntó Judith dejando traslucir su inseguridad muy a pesar suyo.

—La verdad es que haga lo que haga sigue siendo una chica hermosa, con un cuerpo de infarto y me atrae físicamente pero me ha hecho mucho daño y ahora no me resulta atractiva. Cada vez que la veo solo recuerdo lo mal que me lo ha hecho pasar.

—Te podría decir que lo siento pero sería una mentira...

—Ya sé que mientras Amber esté cerca va a ser una fuente de inseguridad para ti pero no quiero que pienses que tú eres un segundo plato sino que ella fue el aperitivo.



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