Por si las voces vuelven by Ángel Martín

Por si las voces vuelven by Ángel Martín

autor:Ángel Martín [Martín, Ángel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Psicología, Salud y bienestar, Autoayuda
editor: ePubLibre
publicado: 2021-11-16T16:00:00+00:00


13. ¿Y AHORA QUÉ?

PARA NO PERDER EL TIEMPO escribiendo un capítulo acerca de la cantidad de inseguridades, miedos y vergüenzas que se instalan en tu cabeza después de pasar por algo así y evitar que mis palabras se confundan con una especie de capítulo basado en pobrecito yo, hacedme casito, iré directo al grano:

Pasar por algo así te hace sentir que de repente eres el ser más inservible del planeta.

Tu cabeza te repetirá constantemente que ya no vales para nada, tu cuerpo no será capaz de dar diez pasos sin cansarse, comer te costará la vida, lo de poder concentrarte en algo será parte del pasado, hablarás y pensarás a una velocidad que dará vergüenza ajena a las tortugas y no tendrás ganas de absolutamente nada que no sea quedarte dentro de la cama.

Resumiendo: te sentirás vacío y muerto por dentro, pero intentarás que no se note.

Spoiler 1:

Se nota.

Spoiler 2:

Va para largo.

Spoiler 3:

Remontas.

Spoiler 4:

Tendrás que esforzarte.

Mucho.

Tanto que a ratos te derrumbarás porque tú y yo sabemos que estarás usando todas tus fuerzas para remontar, aunque no se lo parezca a nadie.

Y esa es realmente la sensación más dura: la de sentir que, por mucho que te esfuerces, no remontas y que la gente crea que en realidad no te esfuerzas.

Por desgracia, los seres humanos no llevamos de forma visible un medidor que nos permita comprobar cuánto se está esforzando de verdad la otra persona.

Tener un medidor sería genial porque así, cuando alguien te dijera que se está esforzando al máximo, podrías echar un ojo al contador y responder: «Pues o bien me estás mintiendo o se te ha roto el aparato, porque ahora mismo marcas -5 en el tema de esforzarse».

Pero, de momento, no tenemos ese artilugio y no nos queda más remedio que creer o no creer a quien te dice que se está esforzando al máximo.

Por eso es especialmente doloroso cuando sabes que te estás esforzando todo lo que puedes por tratar de recuperarte cuanto antes, y las únicas palabras que recibes desde fuera son cosas del tipo: «Pues yo no veo que te estés esforzando».

Déjame que insista en algo que ya dije hace rato: jamás juzgues el esfuerzo que creas que puede estar haciendo alguien basándote solo en lo que ves físicamente.

Cuando se te rompe el coco, en lo único que piensas es en reconstruirlo cuanto antes y os aseguro que ese es un trabajo agotador y que, generalmente, solo puede hacerse a solas y en silencio.

En mi caso, tuve mucha suerte con la gente que estuvo a mi lado durante el proceso de recuperación.

Era como si todos supieran lo importante que era no meterme prisa y, al mismo tiempo, eran capaces de saber cuándo era imprescindible apretarme un poco más para salir a pasear aunque fueran solo cuatro pasos.

Y cuando digo cuatro pasos me refiero a cuatro pasos literalmente.

La medicación que estás tomando es tan salvaje que, después de cuatro pasos, te sientes como si acabaras de correr la maratón de Nueva York cargado con maletas llenas de ladrillos y cemento.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.