Platillos volantes… aquí y ahora by Frank Edwards

Platillos volantes… aquí y ahora by Frank Edwards

autor:Frank Edwards [Edwards, Frank]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 1968-08-31T16:00:00+00:00


Según Marlene, el alto y apuesto hombre del espacio no utilizó la fuerza. Cuando la tocó, ella se sintió impulsada a obedecer.

Entraron en el platillo volante, pasando, por delante de un panel de instrumentos, a una habitación, que ella describe como estrafalariamente amueblada.

Dice Marlene que, antes de violarla, el hombre del espacio le dijo que había sido elegida para un gran honor: el de ser la primera mujer de la Tierra que concibiera un hijo engendrado por un hombre de su planeta.

Marlene dice que, mientras era conducida fuera del platillo, después de la violación, tropezó con algún conmutador, y el chispazo que se produjo le quemó los tobillos. Luego se desvaneció.

Cuando despertó se hallaba tendida en el campo donde había aterrizado el supuesto OVNI. Corrió a casa de sus amigos, que la habían estado buscando en vano, y le dijeron que hacía siete horas que estaba ausente. Llamaron a un médico, el cual la examinó y halló quemaduras en sus piernas y tobillos. En el lugar en que afirmaba haber sido asaltada, sus amigos encontraron una gran hendidura en la tierra.

Más tarde, Marlene Travers fue examinada de nuevo por un médico, quien dijo que, sin lugar a dudas, estaba embarazada. Se dice que la señorita Travers está convencida de que tendrá una criatura de fuera de este mundo.

Un muchacho de 23 años en el Brasil y una muchacha de 24 en Australia. ¿Cuándo terminará esta locura sexual interplanetaria? ¿Qué dirá de esto Ann Landers?

Todo ello nos lleva a los últimos de estos contactees, el señor y la señora Barney Hill, de Portsmouth (Nueva Hampshire). El señor Hill, negro, es un dirigente de la Asociación Nacional para el progreso de las gentes de color en su comunidad. Su mujer, Betty, de raza blanca, trabaja para una sección de la Seguridad Social en el Estado de Nueva Hampshire.

Según explicaron, fueron llevados a bordo de un objeto volante no identificado, que dio alcance a su automóvil en la carretera estatal 3, cerca de Franconia Notch (Nueva Hampshire).

Como es habitual en estos relatos, se hallaban en una región solitaria (ausencia de testigos). Todo se desarrolló en la oscuridad (falta de detalles).

De acuerdo con su relato, fueron introducidos en un enorme OVNI, desnudados y sometidos a un circunstanciado examen físico; los seres espaciales parecieron extrañarse de que Barney llevara dentadura postiza. Aseguraron que después les formularon preguntas tan extrañas como «¿Qué es envejecer?» y «¿Qué es el tiempo?», y que a la señora Hill le introdujeron una aguja en el ombligo «para ver si estaba embarazada».

Los Hill afirman haber guardado silencio durante cuatro años sobre su presunta experiencia. Luego aparecieron ante un grupo en Quincy, y desde entonces se extendió su fama.

Finalmente, fueron examinados por un psiquiatra, el doctor Benjamin Simon, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts.

Sometidos a hipnosis, los Hill relataron de nuevo la historia de su extraño rapto. Pero las declaraciones hechas en trance hipnótico son —como dice el doctor Simon— «… sólo el camino hacia la verdad tal como la ve el sujeto.



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