Persecución by Elizabeth Hand

autor:Elizabeth Hand
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Ciencia ficción
publicado: 2004-11-30T23:00:00+00:00

Capítulo 10

¡Coruscant!

Por debajo del Esclavo I, el reluciente planeta se extendía como un vasto circuito de computadora, parpadeando y brillando con miles de cúpulas, torres, rascacielos y aerospeeders. Los altos edificios se elevaban por el cielo, sus brillantes luces centelleaban doradas, plateadas y escarlatas. La brumosa atmósfera parecía bañada en una puesta del sol eterna. Era hermoso, impresionante y muy, muy grande.

Boba nunca había estado en Coruscant. Sabía que el planeta estaba cubierto por una única gran metrópolis, la Ciudad Galáctica. La Ciudad Galáctica albergaba al gobierno galáctico, supervisado por el Canciller Palpatine. Y a la sombra de las torres que asomaban de la Ciudad Galáctica se extendía el gran mundo subterráneo del planeta. Éste era un lugar de mala muerte donde los delincuentes mantenían el control. Boba sabía de él por Jabba el Hutt. El clan hutt controlaba una buena parte del mercado negro de Coruscant, aunque un pequeño señor del crimen llamado Hat Lo controlaba las cosas para ellos.

Pero también había algo más en Coruscant, algo aún más importante para Boba…

El Templo Jedi, donde el Alto Consejo Jedi se reunía y donde se podía encontrar a Mace Windu.

—Mace es un Gran Maestro del Alto Consejo —se dijo Boba a sí mismo—. Tendrá relaciones con Palpatine. De algún modo utilizaré a Palpatine para llegar a Mace Windu. Y entonces…

Boba pensó en su padre, asesinado por Windu.

—Y entonces, Padre, serás vengado —dijo en voz baja. Se prometió que sería la única excepción a la ley cazarrecompensas que había establecido para sí mismo. Nunca iba a matar fuera de sus horas de trabajo… excepto esta vez. Que era por honor.

Se sentó en la consola del Esclavo I. No lejos de allí, la nave espacial del gobernador Tarkin flotaba, esperando la autorización para aterrizar. Pero Boba ya se había puesto en contacto con alguien que tenía lazos más profundos que Anakin Skywalker en Coruscant.

—¡Boba Fett! —restalló una voz por el interior del Esclavo I. Segundos después una cara llenó la pantalla de la nave. Era la figura aceitosa de Hat Lo, su cuerpo regordete estaba encerrado en un blindaje de protección pesado—. ¿Qué te trae por aquí?

—Negocios —dijo Boba escuetamente. A Hat Lot le gustaba pensar que estaba a cargo de los bajos fondos de Coruscant. Boba conocía la verdad. Realmente Jabba estaba a cargo de las cosas aquí. Hat Lo no era más que su lacayo.

Hat Lo tampoco era demasiado inteligente. Sería fácil aprovecharse, si Boba tenía cuidado.

—Tengo un par de asuntos que atender —dijo el cazarrecompensas.

—¿Cazando, eh? —Un destello de inquietud cruzó la sobrealimentada cara de Hat Lo—. Er, ¿qué tipo de cosas tienes que atender?

—Eso es asunto mío. Y de Jabba —añadió Boba deliberadamente.

—¡Jabba! Por supuesto, por supuesto —parloteó el hombre en la pantalla—. No tenía ni idea…

Boba vio con satisfacción como la grasienta cara de Hat Lo palideció.

—Sé que puedo contar contigo para cualquier ayuda que necesite mientras estoy aquí —dijo Boba.

—¡Absolutamente! —Hat Lo casi estaba postrado mientras hablaba—. Cualquier cosa que Jabba necesite, er, cualquier cosa que tú necesites…

—Bien.

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