Ocurre que a veces by Mayte Pascual

Ocurre que a veces by Mayte Pascual

autor:Mayte Pascual [Pascual, Mayte]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romantica
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2018-05-27T22:00:00+00:00


***

—¿Cómo vas?

—¡¿Yooo?! Estupendamente…

Esto me lo dice mi compañera y amiga Lorena, con una corona rosa chicle en la cabeza y haciendo pis con la puerta del baño abierta.

—¿Estás segura?

—¿Por qué lo dices? —me pregunta, mientras trata de bajarse el vestido rojo que le he regalado, que le queda híper ajustado, sin que se le caiga la corona, haciendo equilibrios sobre sus taconazos.

—No, por nada… —digo, sin poder aguantar la risa.

—Ay, tía, sí que me pasa algo. ¿Tú has visto a Nacho?

—Sí, todos los días, como tú.

—No, ya en serio. Está ahí tonteando con Julia…

—Querrás decir que tu amiga Julia está zorreando con él…

—¡¡¡Sof!!!

—¡Pero si es que es verdad! No ha dejado de insinuarse desde que ha aparecido por la puerta. ¡Si casi le besa en la boca cuando les has presentado!

—¿Tú crees?

—Claro que lo creo, rica, tengo ojos en la cara.

Lorena hace un mohín y se retoca el maquillaje, que hace tiempo que casi desapareció.

—¿Y qué hago?

—Pues mira, puedes hacer dos cosas: o te quedas mirando como se lo come con los ojos y quizá con otras cosas, o te lo comes tú.

—¡Ay, por Dios! Es que me da tanta vergüenza… Es nuestro jefe, tía…

Sin saber muy bien cómo me voy a apañar, cojo de la mano a una atolondrada Lorena y la arrastro entre el montón de gente que hay a estas horas en el local. En cuanto diviso a Nacho, me abro paso a través de nuestro grupo y me planto entre él y Julia, que está bailando de forma sugerente.

—¿Tequila o cerebrito?

—¡¿Cómo?! —me pregunta Nacho por encima de la música.

—Venid.

Y como si fuera la madre de los dos, tomo a Nacho con la otra mano y los llevo hasta la barra ante la mirada atónita de la pseudo amiga de Lorena, que, si no fuese por el color de pelo, podría ser la hermana gemela de la imborrable Alice.[23]

Quizá es mi cara de pocos amigos, o mi decisión de que mi amiga no acabe llorando en su cumpleaños, pero el caso es que, milagrosamente, el camarero se fija en nosotros y nos atiende casi al momento en la atestada barra.

—Tres chupitos de tequila, por favor.

—¿Cuervo?

—Por supuesto.

—Ehhh… Yo no tomo tequila, me hace vomitar —murmura Nacho a mi oído.

—Eso es porque nunca has tomado un tequila de verdad. Espera y verás.

Brindo con ellos a la salud de Lorena y les animo a tomar otro. Y otro más. Y para el tercero, cuando parece que ya se ha roto el hielo y Lorena y Nacho se ríen de lo bien que les está sentando, llega mi salvación.

—Ahora vuelvo, acabo de ver a un amigo.

Los dos me miran poco convencidos de mi excusa, pero me encojo de hombros y trato de llegar hasta mi objetivo. Porque el caso es que no es una excusa, he visto a un amigo, de verdad. Bueno, quizá no debería catalogarlo como amigo, pero tratándose de alguien a quien conozco desde mi más tierna infancia, me puede valer.

—¿Julen? —Le doy unos golpecitos en el hombro, un poco cohibida.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.