No Logo by Naomi Klein

No Logo by Naomi Klein

autor:Naomi Klein [Klein, Naomi]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Comunicación
editor: ePubLibre
publicado: 1999-12-01T05:00:00+00:00


LA LUCHA CONTRA LOS SINDICATOS

La necesidad de impedir que los trabajadores influyan demasiado en la cifra de pérdidas y ganancias es la razón principal de que las cadenas de marca luchen tan ferozmente contra la reciente ola de formación de sindicatos. McDonald’s, por ejemplo, se ha visto salpicada por escándalos por sobornos cuando sus empleados de Alemania intentaron constituir asociaciones, y en 1994, en una situación similar en Francia, diez gerentes de la empresa fueron arrestados por violar las leyes laborales y los derechos de asociación de los trabajadores.[343] En junio de 1998, la empresa despidió a los dos jóvenes empleados que organizaron la huelga de Macedonia, Ohio.[344] En 1997, cuando los empleados del Wal-Mart de Windsor, Ontario, se disponían a decidir si formaban un sindicato, una serie de insinuaciones poco sutiles llevó a muchos a pensar que si votaban que sí la tienda cerraría. La Oficina de Relaciones Laborales de Ontario examinó el caso y dictaminó que la conducta que habían desplegado los gerentes y supervisores de Wal-Mart antes de la votación constituía «una amenaza sutil pero extremadamente efectiva» que «hizo que el promedio de los empleados creyera que la tienda desaparecería si se formaba el sindicato».[345]

Otras cadenas no han dudado en cumplir sus amenazas. En 1997, Starbucks decidió cerrar su planta de distribución de Vancouver porque los empleados se habían agremiado. En febrero de 1998, precisamente cuando la Comisión Laboral de Quebec estaba por autorizar el sindicato creado en un restaurante de McDonald’s de Montreal, el propietario de la franquicia lo cerró. Poco después, la Comisión dio su visto bueno a la organización, lo que no sirvió de ningún consuelo, porque ya nadie trabajaba allí. Seis meses después, otro McDonald’s logró constituir su sindicato; esta vez se trataba de una frecuentada hamburguesería de Squamish, en Columbia Británica, cerca de la estación de esquí de Whistler. Las organizadoras eran dos adolescentes, una de dieciséis y otra de diecisiete años. Según ellas, el problema no eran los salarios, sino que estaban hartas de que las reprendieran como a escolares ante los clientes. El establecimiento sigue abierto, con lo que es el único McDonald’s con sindicato de Norteamérica, pero en el momento de escribir este libro la patronal estaba a punto de hacer ilegalizar la asociación. Luchando en el frente de las relaciones públicas, a mediados de 1999 la cadena de comidas rápidas lanzó una campaña internacional de televisión que mostraba empleados de McDonald’s sirviendo batidos y patatas fritas bajo titulares que rezaban «futuro abogado», «futuro ingeniero», etcétera. La compañía parecía estar diciendo que aquella era la verdadera mano de obra de McDonald’s: personas felices, contentas y de paso.

A finales de la década de 1990, el proceso de conversión del sector de los servicios en un gueto de bajos salarios avanzó mucho en Alemania. La tasa de desempleo del país alcanzó el 12,6% en 1998, principalmente debido a que la economía no podía absorber los despidos masivos del sector fabril posteriores a la reunificación; cuatro de cada cinco puestos laborales de las fábricas de Alemania del Este desaparecieron.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.