Memorial Device by David Keenan

Memorial Device by David Keenan

autor:David Keenan [Keenan, David]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Realista
editor: 13insurgentes
publicado: 2016-02-19T00:00:00+00:00


AQUÍ ES DONDE VOY A ESPERAR SENTADO Y DESPUÉS FECUNDARÉ EL FUTURO

Airdrie y Bobby Foster recuerdan a Teddy Ohm.

Estaba ese tipo llamado Teddy Ohm. Llamaba fiestero a todo el mundo, ya sabes, en plan: ¿Todo bien, fiestero? Pero era un moderno. Había estado en un grupo en los sesenta, no sé, un grupo beat local que le daba al ácido y flipaba. Se hicieron famosos por montar un concierto anti-Vietnam en el ayuntamiento de Airdrie. Vale, nosotros ni estuvimos en Vietnam. Además había publicado aquel fanzine verdaderamente antiguo en el que escribía sobre The 13th Floor Elevators y The Chocolate Watch Band y en el que hablaba de rockabilly y blues y mierdas de ésas. Decía que Eddie Cochran era una encarnación psicodélica, lo que coño sea que quisiera decir con eso.

Era el contacto de todo el mundo. Pastis, coca, lo que se te ocurra. Parecía un cruce de Edgar Winter con Frank Zappa y Cher en los setenta: afeminado pero duro, y por eso un poco siniestro. Sí. Lo que intento decir es que llamaba la atención. Iba por la calle con una gabardina de cuero, unas veces blanca, otras negra, con su melena gris suelta, y además de las drogas sacaba dinero suministrando utilería para películas, sobre todo mierda histórica: tenía una colección de espadas y mazas y dagas y cotas de malla y ese tipo de mierdas. Te aseguro que era un tío duro. Dicen que conocía en persona a Mel Gibson. ¿Qué coño iba a saber yo? Oí que llevaba gabardinas de cuero hasta el suelo porque siempre llevaba una escopeta en el bolsillo interior. Pero además era traficante de discos. Tenía dedos de oro. Podía sacarse de la manga todo tipo de mierdas raras. Su especialidad eran las mierdas en tirada privada, bombas como el LP de Fraction, Circuit Rider, D. R. Hooker, cosas de garage rock como The Bachs e Index y bazofia rural como Relatively Clean Rivers y Hickory Wind, por decir algunos. Un día conseguí de él todos ésos, mierda de la buena, y la mayoría en condiciones Ex+.

Te pasabas por su casa. Vivía en una casa que había diseñado y construido él mismo a las afueras de Caldercruix en un terreno en medio de ese campo anodino sin otra cosa aparte de una rodada de motocicleta hasta la puerta principal, era extraño, y con vistas al embalse donde pescaba su cena. Eso era aparte: tenía un congelador en el garaje que estaba lleno de pescado hasta las trancas. Bueno, pues eso, que pasabas por allí y su casa era totalmente como una leonera de los setenta, ¿sabes?, con una especie de salón al que se bajaba por un par de escalones con alfombras por todas partes y sillones de mimbre colgados del techo y estanterías de ladrillos con libros sobre el horóscopo y catálogos farmacéuticos y ocultismo, chorradas de ésas, y por supuesto literatura beat y ciencia ficción y mierdas aun más raras, como libros sobre sectas de motoristas, qué cojones.



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