Más allá de las profundidades by Elizabeth Lowell

autor:Elizabeth Lowell
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Intriga
publicado: 2014-02-28T23:00:00+00:00

Capítulo 13

A Kate la despertó el insistente timbre del móvil. El sonido que atravesaba las delgadas paredes le indicó que Holden se estaba duchando. Fuera seguía siendo de noche, aunque los pájaros empezaban a gritar en los árboles, anunciando que el sol pronto les acompañaría. Tras encender la luz de la mesilla, rebuscó entre la ropa esparcida descuidadamente por la habitación. Al recordar la noche anterior, sonrió.

—Hola —contestó en cuanto hubo encontrado el teléfono.

—Ya sé que es pronto —sonó la voz de Larry—, pero quería pillarte antes de dirigirme al lugar de buceo.

—Pues ya me has pillado —ella bostezó—. ¿Qué sucede?

—Necesito que te acerques al muelle de repostaje y compruebes si el otro barco auxiliar está allí. Si no está en la marina, alquila uno para unos cuantos días.

—¿Para qué…? —Kate se interrumpió al comprender que no había nadie al otro lado.

Larry había colgado.

—¿Sucede algo? —preguntó Holden desde la puerta.

Iba completamente vestido, pero seguía teniendo el mismo aspecto comestible. Recuerdos de la noche anterior le calentaron la sangre.

—No lo sé —contestó—. Larry quiere que compruebe si el otro barco auxiliar del Golden Bough está en la marina. Si no está, se supone de debo alquilar uno.

—¿Qué le ha pasado al barco auxiliar?

—Otra cosa que no sé —Kate sacudió la cabeza—. Larry me ha dado instrucciones y ha colgado.

—Qué raro.

—Mucho —ella se encogió de hombros—. Pero nunca ha soportado bien la presión, salvo cuando bucea. Últimamente ha estado tan cansado y disperso que no creo que debiera bucear siquiera —«o beber». Pero de eso no quería hablar.

—¿Tiene realmente elección? —preguntó Holden con dulzura.

—No si quiere intentar salvar su negocio —Kate se mordió el labio—. Mientras me doy una ducha rápida, ¿te importa buscar algo de pan y fruta que nos permita desayunar camino de la ciudad?

—A cambio de un beso.

—Si te beso, Larry tendrá que esperar hasta el mediodía. Eres adictivo.

Holden sonrió y se marchó en busca del desayuno. Cuando Kate salió apresuradamente de la ducha, lo encontró junto a la puerta con su habitual petate y una bolsa con comida. Rápidamente se subieron al barco auxiliar y se dirigieron hacia el puerto donde aguardaban los bares de buceadores, cafés y muelles de repostaje como viejos amigos. Muy viejos amigos. Desde el agua los edificios parecían sujetarse unos contra otros.

Después de media hora recorriendo diversos lugares donde podría encontrarse el barco auxiliar, Kate decidió que la mejor opción sería alquilar otro. El único disponible era ligeramente más pequeño que el que había desaparecido misteriosamente. Holden la ayudó a atarlo al otro barco para poderlo remolcar y se dirigieron a velocidad reducida hasta el sitio de buceo.

A medida que el Golden Bough se materializaba en el horizonte, Kate era incapaz de ignorar el gélido nudo que se cerraba en torno a su garganta. No sabía qué podía estar pasando, pero algo no iba bien. Aunque el abuelo se hubiera tomado una copa de más y Larry estuviera agotado, los Donnelly no perdían el equipo.

Nadie apareció cuando arrimó los dos barcos junto al barco más grande.

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