Marionetas sin hilos by Tadea Lizarbe

Marionetas sin hilos by Tadea Lizarbe

autor:Tadea Lizarbe [Lizarbe, Tadea]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2019-01-01T00:00:00+00:00


* * *

—¡Qué cojones! —grita el enfermero.

—Parece que solo reacciona ante usted, Bruna. —Ese es el diagnóstico de Paloma.

Antonio está interno en la planta de Psiquiatría en estado catatónico, supuestamente incapaz de interaccionar con el entorno. Pero lo ha hecho. Ha gritado.

«¿Es capaz de hablar?», he preguntado. «No», ha contestado Paloma. «No», ha repetido Antonio.

Es la segunda vez que este cuerpo semivivo hace que nos retiremos de su lado, víctimas de la onda expansiva de sus bombas de sorpresas.

Sin embargo, Paloma no ha tenido problemas en reaccionar. Acude rápida a atender a su paciente, le levanta los párpados y le coloca una linternita en las pupilas mientras la mueve de derecha a izquierda. Coloca sus manos en lo que, por mi formación policial, sé que son los puntos dolorosos del cuerpo, seguramente para hacerlo reaccionar.

—Antonio, Antonio. ¿Me escucha?

Empuja repetidas veces su cuerpo contra el colchón, en el límite entre el zarandeo y el masaje. Ahora no sé si está siendo profesional o si se está dejando llevar por su instinto más primario, que desea espabilarlo a base de leches.

Pero Antonio no vuelve a hablar.

Y yo, que soy una persona que analiza las casualidades queriendo llamarlas por su nombre, no puedo quedarme callada.

—Puede que a nadie se le haya ocurrido preguntarle a Antonio si tiene algo que decir.

El subinspector Rosell me regaña con un gruñido.

—¿Qué se supone que ha ocurrido? —pregunta Martín. Lo más curioso es que me mira a mí, sin ningún tipo de sutileza, como si conociera la respuesta. ¡Tan solo he hecho la pregunta correcta!

—Creo que… —Paloma también está contrariada y se toma su tiempo para pensar—, se trata de un fenómeno llamado «ecolalia», una alteración del lenguaje que consiste en repetir involuntariamente una palabra o frase que acaba de escuchar.

—¿Podría ser un signo de mejoría?

Me preocupa Antonio. Bueno, me preocupa y me ilusiona. Claro que quiero que el hombre mejore, pero la Indiscreta deja de lado esa faceta cariñosa para centrarse en pensar, ilusionada, que si Antonio mejora, podrá hablar sobre lo que le sucedió.

La Indiscreta es una interesada.

—Entonces, ecolalia. —El subinspector se agarra a todo lo que tiene nombre. Nueve pelos de rabia. Pronto pareceré un erizo.

—¿Lo ha hecho voluntariamente? —Insisto.

—Es, por definición, involuntaria. —Paloma se siente más cómoda ahora que ha encontrado la página correcta en su tomo de medicina.

—Es, por definición, involuntaria. Entiendo. Pero, como experta, ¿usted cree que lo ha hecho voluntaria o involuntariamente? —¡Quiero que deje de hablar ya como una enciclopedia! Quiero verle la cara y que me diga qué demonios cree que está pasando. Ante su mutismo, le cojo del brazo con delicadeza para insistir en mi pregunta. Hay muchas formas no verbales para insistir. Esta pertenece a la Indiscreta—. La considero una mujer con criterio.

—No lo sé, Bruna. —Tal como lo ha dicho, me está hablando de persona inquieta a persona inquieta, de curiosa a más curiosa—. Desconozco si es un signo de mejoría, desconozco… —Se la ve perdida sin sus libros. No sabe si sí o si no. No sabe si no cree o sí cree—.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.