Leia, Princesa de Alderaan by Claudia Gray

autor:Claudia Gray [Gray, Claudia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Ciencia ficción, Fantástico
editor: ePubLibre
publicado: 2017-06-05T16:00:00+00:00

Cuando el banquete comenzó y los invitados se fueron junto con los músicos, Leia y Kier se quedaron a solas, excepto por los droides que servían la cena con destreza. Aunque Leia se sentó a comer y beber con normalidad, su mente estaba fija en la sala de banquetes y lo que podría estar sucediendo ahí.

Tanta era su curiosidad, que Kier Domadi no pudo retener su atención por completo.

—¿Así que nunca puedes estar en los banquetes? —preguntó, y tomó un trago de néctar en su vaso color rojo oscuro con cuidado—. ¿Aunque seas la princesa?

—A las princesas no se nos permite todo, ¿sabes?

Leia lo dijo en broma, pero se sorprendió cuando Kier agachó su cabeza disculpándose.

—Lo sé, me di cuenta… cuando nos conocimos, de que…

—Kier, está bien. Soy ridículamente privilegiada. Pero mi familia y yo tratamos de usar nuestros privilegios para beneficiar a otros más que a nosotros mismos.

Esa fue una respuesta de rutina, el tipo de frase diplomática que su padre hubiera dado. Y nunca antes le había sonado tan inadecuada. Era una pequeñísima parte de la verdad.

Sus padres hacían más por la galaxia de lo que nadie más pudiera soñar. Más aún de lo que… ¿deberían?

—Confío en la casa real de Alderaan —dijo Kier con honestidad. Sus ojos se encontraron con los de Leia con la misteriosa intensidad de siempre, como si atraparan la luz de los droides vela que flotaban encima de ellos—. Nuestra monarquía nos ha servido con dignidad por cientos de generaciones. Es mucho más de lo que la mayoría de los planetas pueden decir, y muchísimo más de lo que la galaxia, cuan larga es, puede demandar.

Esa era la segunda vez en el día que escuchaba a alguien criticar abiertamente a Palpatine sin mirar con nervios a su alrededor para asegurarse de que nadie lo notaba. El valor de Kier la conmovió aún más que Mon Mothma. Leia alzó el mentón.

—No confías en el Imperio.

—¿Quién lo hace, además de su carne de cañón, a quienes les lavaron el cerebro? El gobierno de Palpatine es un… chiste acerca de lo que en realidad debería ser un gobierno. La corrupción nos rodea, y ni siquiera se molestan en esconderlo. Su crueldad es conocida por todos, pero los únicos que lo soportan son lo suficientemente repugnantes como para elogiarlo por su brutalidad. Sé que la República tenía sus problemas, pero comparado con esto, no eran nada —dijo Kier, que se reclinó hacia atrás en su silla y miró el horizonte rojizo. Las primeras estrellas comenzaban a brillar en el cielo que se oscurecía sobre ellos—. Todos los días le agradezco a la Fuerza por haber nacido en Alderaan. Lo menos que puedo hacer es ser leal a mi planeta y a sus gobernantes. Por lo menos sé que nuestra felicidad y seguridad no proviene de la miseria de otros. Aquí somos libres de una forma en la que casi nadie en este Imperio lo será.

Una idea misteriosa comenzó a formarse en la mente de Leia. Hacía unos

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