Lecciones Preliminares De La Filosofía by Manuel Garcia Morente

Lecciones Preliminares De La Filosofía by Manuel Garcia Morente

autor:Manuel Garcia Morente [Morente, Manuel Garcia]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2012-10-30T16:00:00+00:00


LECCIÓN XIV LA METAFÍSICA DEL RACIONALISMO

PUNTO DE PARTIDA EN EL YO. MOVIMIENTO, MATERIA Y FUERZA. EL CÁLCULO INFINITESIMAL. LA MÓNADA: PERCEPCIÓN Y APETICIÓN. JERARQUÍA DE LAS MÓNADAS. COMUNICACIÓN ENTRE LAS SUBSTANCIAS: HARMONÍA PREESTABLECIDA. EL OPTIMISMO

La metafísica del racionalismo se halla representada en su forma más perfecta por Leibniz, cuya teoría del conocimiento expuse en la conferencia anterior. Esa teoría del conocimiento de Leibniz es el suelo, es el territorio sobre el cual los pensamientos metafísicos de Leibniz fueron poco a poco desenvolviéndose. La metafísica en Leibniz, no es una teoría sistemática que haya sido de pronto pensada en su totalidad por él y expuesta en una forma conclusa y terminante; sino que, por el contrario, las ideas metafísicas leibnizianas se han ido desarrollando al hilo, a lo largo de la vida de este gran pensador, y principalmente encauzadas y estimuladas por sus estudios científicos y metodo-lógicos, tanto en la teoría del conocimiento como en la

física y en las matemáticas. Por eso el sistema metafísico de Leibniz no queda expuesto por su autor sino en los últimos años de su vida; y aun la obra que lo contiene de la manera más completa y conclusa no llegó a publicarse hasta después de su muerte. Pero si el cauce en donde fueron formándose las ideas metafísicas de Leibniz fue la teoría del conocimiento, la matemática y la física, cabe decir que el punto de partida, el punto de arranque está totalmente en la metafísica cartesiana. Una y otra vez comprobamos el hecho histórico de que Descartes establece, con sus Meditaciones metafísicas, con su Discurso del Método, sus Principios de filosofía, unas bases sobre las cuales todo pensamiento filosófico ulterior había de asentarse. La filosofía de Descartes plantea un cierto número de problemas, tanto de lógica como de metafísica, como también de matemáticas y de física, que constituyen los problemas esenciales de todo el siglo XVII y gran parte del siglo XVIII. De modo que los filósofos posteriores a Descar-tes son lo que son, bien porque desenvuelvan y desarrollen pensamientos cartesianos, bien porque se opongan a estos pensamientos con más o menos éxito. Leibniz también. Desde su juventud, se apodera de Leibniz el afán de profundizar en las nociones metafísicas de Descartes, y partió de esa metafísica; pero no podía satisfacerle la metafísica cartesiana; y no podía satisfacerle por algunas razones que voy a exponer inmediatamente.

Punto de partida en el yo.

¿Qué es lo que Leibniz encontraba en Descartes que pudiera servirle de base? Pues sencillamente lo mismo que los demás filósofos de su época, o sea el descubrimiento esencial cartesiano del "cogito". El punto de partida de toda filosofía no puede ser otro que la intuición del yo, del alma como substancia pensante. Leibniz acepta, pues, este punto de partida cartesiano, y acepta también con el mayor entusiasmo la distinción fundamental que hace Descartes entre las ideas claras y las ideas confusas. Para Leibniz, como para Descartes, las ideas confusas son problemáticas; constituyen otras tantas interrogaciones; otros tantos enigmas, cuya solución consiste en



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