La vida desnuda by Mónica Carrillo

La vida desnuda by Mónica Carrillo

autor:Mónica Carrillo [Carrillo, Mónica]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Realista
editor: ePubLibre
publicado: 2020-06-01T00:00:00+00:00


Vida secreta 3

—Los celos no nos conducen a ningún lugar reconfortante. Nunca.

La tía se sentó en una de las tumbonas junto a la piscina y continuó con su discurso, elaborado sobre la marcha pero perfectamente vertebrado.

—Por más que los intentemos enmascarar y los barnicemos con una pátina de amor romántico, nada de eso es real. Los celos son celos, no son una señal de amor. Son destructivos y arrasan con todo lo que encuentran a su paso. Incluidos a nosotros mismos.

»A mí me sucedió sin ser consciente de ello. Cuando uno lleva toda la vida creyendo en algo es difícil cambiar la perspectiva. En nuestra mente ha calado la idea de que hay una parte positiva en sentir celos, en que alguien los sienta por nosotros. Como si eso fuera a hacer más fuerte el amor, como si por ponernos celosos quisiéramos más a la otra persona. Lo vemos en películas, en canciones, lo hemos absorbido sin darnos cuenta. Desaprender lo que la mente ya ha asumido es complicado.

»Después de observar mucho, a mi alrededor y dentro de mí misma, saqué algo en claro: los celos solo son una respuesta emocional al miedo. Tememos perder algo que creemos que nos pertenece: nuestra pareja. Es un impulso irracional. Y, en cierto modo, es lógico que surja, que aparezca ese temor a que una tercera persona aleje de nosotros a nuestro ser amado.

—Es normal pensar eso —interrumpí brevemente su relato—. Si estás enamorado, no quieres que venga otro a robarte a tu pareja.

—Ahí radica el error, Gala, en creer que esa persona nos pertenece, que es de nuestra propiedad. ¿Acaso no somos libres para elegir con quién queremos compartir nuestra vida? Por más excusas que nos den, por más trampas que nos pongamos a nosotros mismos, nadie nos obliga a estar con nadie. Estamos con quien hemos elegido, es una decisión que tomamos libremente.

—Uf, tía. Me dejas helada. Se nota que hablas… —tras una ligera pausa, me atreví a completarlo—, que hablas con conocimiento de causa.

—Así es. Le di muchas vueltas a este tema. A mí me sucedió.

Sus palabras sonaban a confesión, como si quisiera liberarse y hablar al fin: destapar el velo que tantos años había cubierto la herida.

—Sufrí como nunca antes había sufrido y, después de bajar a los infiernos por mi obsesión por un hombre, llegué a una conclusión: aunque a priori me pareciera lo contrario, lo curioso de los celos es que no son más que una muestra de amor propio. De quererse a uno mismo por encima del otro.

»Por más que nos hayamos educado en la falsa idea de que si uno siente celos es que está verdaderamente enamorado, esto no es así. El amor es otra cosa, el amor implica generosidad, y cuando amamos queremos que la pareja sea feliz, a nuestro lado o lejos de nosotros. Frente a eso solo encontramos el miedo y la posesión. Yo tenía mucho apego a todo. Incluso a las cosas materiales. Era incapaz de tirar nada que ya hubiera



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.