La tía Marquesa by Hornby Simonetta Agnello

autor:Hornby, Simonetta Agnello [Hornby, Simonetta Agnello]
Format: epub
Tags: General Interest
publicado: 2009-12-28T09:14:45+00:00

–Gaspare, ¿sabes que el barón quiso meter un ramo de olivo sobre el cadáver de la baronesa? A primera hora de la mañana me dijo: «Paolo, échate una carrera a coger uno y déjamelo en mi habitación». Así, mientras estabais en el funeral; me fui a la Crocca al galope para coger una ramita de olivo del árbol donde la baronesa se apostaba con Costanza para mirar la terraza de La Camusa.

–¿Y por qué a la Crocca? ¿Es que no hay olivos por aquí más cerca?

–¡Aspa', tú no comprendes nada el pensamiento de los enamorados! ¡Quería el olivo de la Crocca para decirle a la baronesa que la perdonaba por haberle desobedecido! – El señor Paolo estaba apenado; después meneó la cabeza y suspiró-: Fui a donde la baronesa se apostaba para mirar La Camusa. Me quedé allí un buen rato, visto lo que veía. Al regresar tuve que aplicarle el hierro a las carnes de la cabalgadura, babeaba la pobrecilla. La Camusa estaba atrancada a cal y canto, con las ventanas cerradas. De luto, ¿lo entiendes? Oía un aullido lejano, como un perro herido que se hubiera caído en un barranco. Después silenció. Agarré el binóculo. Había alguien que estaba cortando leña, bajo el sol, como un maldito, parecía que tuviera que preparar comida para un regimiento, de tanta leña como cortaba. Después acabó. Mientras yo recogía pistachos, el lamento volvió a empezar. Cogí otra vez el binóculo. Era Stefano, de pie, con el hacha entre las manos, apoyada en el suelo, derecha como una espada. Tenía los ojos dirigidos hacia el sol, la cara reluciente de lo mojada que estaba, la boca abierta. De ella salía un sonido ronco, a veces fortísimo, un tono solo, que quien no lo ha oído no puede entender: el llanto de un hijo por su madre.

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