La Sombra De Dios by John Case

autor:John Case [Case, John]
Format: epub
Tags: Intriga / Thriller
editor: www.papyrefb2.net

13

Üsküdar resultó ser una elegante zona residencial que se encontraba apartada de los barrios más bulliciosos de la ciudad. Danny bajó del transbordador y se alejó por un frondoso bulevar que bordeaba el Bósforo. Sin saber muy bien qué hacer o adónde ir, compró un par de zapatillas deportivas en la primera tienda que encontró. Poco después se hallaba delante de una peluquería, mirando en el escaparate la fotografía autografiada de una joven estrella del fútbol turco. La cabeza del muchacho había sido rapada con tanto esmero que parecía que tuviese una sombra cubriéndole el cráneo.

Entró en el local y señaló con entusiasmo la fotografía del escaparate y luego a sí mismo. El peluquero pareció encantado de complacerlo y, utilizando una afeitadora, acabó el trabajo en tres minutos. Mientras el ayudante del peluquero barría del suelo los mechones de puntas rubias del norteamericano, Danny se miró al espejo... encantado y horrorizado al mismo tiempo.

No se parecía en nada a sí mismo.

Abandonó la peluquería y regresó al puerto a comprar un billete a Besiktas, que se alzaba al otro lado del estrecho del Bósforo frente a Üsküdar. El cruce del estrecho era una travesía espectacular, con el transbordador surcando las olas hacia una especie de Versalles, un castillo a orillas del mar, con un fondo de urbanizaciones y edificios de oficinas. Le hubiese gustado saber el nombre del castillo, pero no había nadie a quien preguntarle, y además...

Cuando desembarcó fue a buscar una agencia de viajes y no tardó en encontrar una, aunque ninguno de los empleados parecía hablar inglés. Finalmente, un joven levantó un dedo y Danny interpretó que el gesto significaba que esperase un momento. Eso hizo hasta que apareció un tío mucho mayor. Observando a Danny a través de unas gafas con montura metálica, el viejo turco le preguntó:

—¿Y a usted adónde le gustaría ir?

—Güzelyurt —contestó Danny.

El hombre lo miró con sorpresa y se pasó una mano por el pelo gris acero. Luego se inclinó hacia Danny como si quisiera oír mejor.

—¿Perdón?

—Me han dicho que está cerca de Diyarbakir —explicó Danny.

El hombre frunció el ceño y rumió durante un momento la pronunciación de Danny hasta que comprendió lo que había querido decir.

—¡Deeyarbakeer! —exclamó—. ¡Qué lugar tan interesante para visitar!

—¿Lo es?

—¡Absolutamente! Desde el aeropuerto hasta la ciudad... una pelea a navajazos garantizada. Una vez en la ciudad, ¿quién sabe?

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