La Nota by Ian Cooper

La Nota by Ian Cooper

autor:Ian Cooper
La lengua: cat
Format: epub
Tags: erotica, ian cooper, histoires corte, la nota


***

Devlin había sufrido depresión desde que tenía catorce años, aunque nunca había habido un diagnóstico formal. Pero era bastante obvio para él. Madeline, a su modo intuitivo, rápidamente se prendió, cuando cada cierto tiempo, casi como un reloj, que estaría abajo, sólo hacia abajo, hasta el punto de llorar en brazos por una tristeza innombrable e inútil que podría se remonta al divorcio de sus padres. Podría haber sido genético, por lo que sabía. Madeline era la única persona que tenía que íntima con y así permitir que se vaya a piezas en sus brazos. Se sentía seguro con ella. Siempre fue una especie de catarsis, y era mejor a la hora de su suceso.

Dev estaba ahora. Estaba sentado en su habitación, en un lunes por la noche, bien en su segundo alto poder de cerveza, fumando y escuchando la radio, descalza y en sus pantalones de gimnasia. Las pantallas de la ventana todavía no habían sido instaladas, y debe haber sido noventa grados. Ocasionalmente se propagarían delgados arroyos de sudor por los costados de sus axilas. El centro de este cofre estaba húmedo y su rayita. Con todo lo que estaba pasando, incluyendo la distancia de su casa y las notable pequeño pago de cheques, se preguntó si aún tenía una esperanza en el infierno...

Había una luz llamando a la puerta, y se sentó precipitadamente. Su primer pensamiento fue el pueblo pakistaní en el sótano — una vez el hombre, sea su nombre era, tenía tocó a la puerta para decirle el inodoro estaba siendo fijo y le vendría bien el uno en el piso principal por un tiempo.

Estaba poniendo, lamentando el humo y el olor considerable de la cerveza en su habitación... el golpe vino otra vez sin duda.

¿"Hola? Sólo un segundo.”

Dev no tiene un botón de pánico, y el botón de ataque probablemente no fue llamado para.

Buscaba un buen lugar para esconder la cerveza abierta por un momento. La puerta que se abrió y Lori vieron en.

Dejó caer su mandíbula inferior y no tenía nada que decir.

"Hola. ¿Puedo entrar?"

"Seguro.” Santo, basura, pero ¿qué más podría decir?

Tuvo que mantenerla callada y conseguir esa maldita puerta cerrada. Una de las reglas de la casa no era definitivamente visitas femeninas — en cualquier momento. La anciana y probablemente viejo Jakobs, iría balísticos.

Ella tenía una mochila, gafas de sol, y que llevaba una gorra de béisbol con su colgante cabello fuera bajo el ala.

Lori llevaba pantalones jean cortos, una blusa blanca de manga corta con dos botones de abajo hecho para arriba y un par de zapatillas blancas sin calcetines. Hubo una estrecha franja a través de su pecho debajo de la camiseta y Dev había visto a Madeline lleva uno, pero lo hizo pensar. Tenía sus pendientes en, lápiz labial y olió algo exótico y misterioso.

"Entra.”

"Monté mi bicicleta encima. ¿Te sorprende a verme?"

Devlin se sorprendió al verla.

Ella puso su mochila en la cama y comenzó a sacar latas frías de la luz azul de Labatt.

Dev miraba boquiabierto en su parte trasera por un momento y decidió sacar el humo y hacer algo con el cenicero.



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