La isla del árbol perdido by Elif Shafak

La isla del árbol perdido by Elif Shafak

autor:Elif Shafak [Shafak, Elif]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Fiction, Literary, Historical, General
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2022-04-27T22:00:00+00:00


Mi querida Defne:

No puedo creer que no haya podido verte antes de irme a Inglaterra. He empezado a escribirte esta carta, la he dejado y he vuelto a empezarla muchas veces. Quería darte la noticia en persona, pero no he conseguido ponerme en contacto contigo.

Es mi madre. Está llena de temores, es imposible razonar con ella. Está preocupada por si me pasa algo malo. Lloró y lloró y me rogó que me fuese a Londres. No podía negarme. Pero nunca más dejaré que vuelva a hacerme algo así. Está enferma, ya lo sabes. Su salud se está deteriorando. Desde que murió mi padre, ha trabajado sin parar para cuidar de nosotros. La muerte de Michalis la destrozó y ahora que Andreas ha desaparecido, soy el único al que puede recurrir. No podía soportar verla así. No podía decepcionarla.

Será por poco tiempo, te lo prometo. En Londres me quedaré con mi tío. No habrá ni un solo día en que no piense en ti, ni un solo latido de mi corazón en que no te eche de menos. Volveré dentro de dos semanas, como mucho. ¡Te llevaré regalos de Inglaterra!

No he tenido ni siquiera la ocasión de decirte lo que la otra noche significó para mí. Cuando nos fuimos de la taberna... La luna, el olor de tu pelo, tu mano en la mía, después de todo aquel horror, cuando nos dimos cuenta de que solo podíamos apoyarnos el uno en el otro.

¿Sabes en qué he estado pensando desde entonces? He estado pensando que eres mi país. ¿Es raro que diga eso? Sin ti, no tengo hogar en este mundo; soy un árbol caído con las raíces cercenadas a mi alrededor; me puedes derribar con el roce de un dedo.

Volveré pronto, no permitiré que esto vuelva a pasar. Y quizá la próxima vez, algún día, iremos juntos a Inglaterra, ¿quién sabe? Por favor, piensa en mí todos los días, estaré de vuelta antes de que te des cuenta.

Te quiero.

KOSTAS

Defne tenía la carta agarrada con tanta fuerza que la arrugó por los bordes. Volvió a contemplar la tomatera mientras los ojos se le iban llenando de lágrimas. Kostas le había contado que en Perú, donde se creía que tenían su origen los tomates, antiguamente los llamaban «una especie de ciruela con ombligo». A Defne le había gustado aquella descripción. Todo en la vida debería ser representado con el mismo detalle, había pensado, mejor que dándole nombres abstractos, una combinación arbitraria de letras. Un pájaro debería ser «una cosa con plumas que canta». O un coche «una cosa metálica con ruedas y una bocina». Una isla, «una cosa solitaria con agua rodeándola por todos lados». ¿Y el amor? Hasta aquel día, podría haber contestado a aquella pregunta de forma diferente, pero ahora estaba segura de que el amor debería ser llamado «una cosa engañosa con sufrimiento al final».

Kostas se había ido y ni siquiera había tenido la oportunidad de decírselo. Nunca había sentido tanto miedo del mañana. Ahora estaba sola.



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