La Iglesia y sus demonios by Carmen Porter

autor:Carmen Porter [Porter, Carmen]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2005-01-01T05:00:00+00:00

Llamose al doctor que fue curándola, y a dos días nos dijo que, según las cosas que hacía y decía y lo buena que quedaba a ratos, le parecía que no era natural, y que así se procurase curarla con conjuros.

Tal y como recomendó el médico, la llevaron a la enfermería, y sus compañeras comenzaron a rezar, convencidas de que así ayudarían en su curación, pero entonces se produjo un hecho que sería el desencadenante de los sucesos que posteriormente se vivieran en San Plácido:

Comenzó la dicha Luisa María a hacer grandes bravuras y llamando al padre fray Francisco García Calderón, prior de este convento, el día siguiente la comulgó y conjuró, sin duda por hacer concepto de que era aquello necesario por estar endemoniada, y con los exorcismos pareció que era cierto el tener Demonio[7]…

Días más tarde, tal y como había revelado Elvira, «que no era ella sola la que tenía demonios en la casa, que otras había también con ellos», sor Josefa María también caería en un trance durante el que aseguró estar poseída por un ente llamado Serpiente. La monja encomendada para la enfermería, sor Juana Paula de Villanueva, que se encargaba a diario de apaciguar las convulsiones y aullidos de sus compañeras, sería la tercera en creerse espirituada.

Antes de acabar el año ya eran veintidós las religiosas que aseguraban llevar el germen del mal en sus cuerpos. Toda una hueste de demonios, como Astarot, Barrabás, Balam o Peregrino, el que habitaba en María Anastasia y al que estaban subordinados los de las demás religiosas, comenzaron a recorrer los oscuros claustros madrileños.

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