La guerra de los metales raros by Guillaume Pitron

autor:Guillaume Pitron [Pitron, Guillaume]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 2017-12-31T16:00:00+00:00

ASOMBROSOS PROGRESOS TECNOLÓGICOS

Todos estos factores permiten comprender por qué el Partido Comunista chino ha logrado triunfar de manera tan increíble. «Yo me encontraba ya en China hace diez años; en aquella época se hablaba del sector textil, de juguetes, del montaje de productos electrónicos. Pero, francamente, nadie imaginaba lo que ha ocurrido desde entonces»,[22] admite un periodista francés establecido en Pekín. Al parecer, los asombrosos progresos logrados en los sectores de la electrónica, la aeronáutica, los transportes, la biología, las máquinas herramientas o incluso las tecnologías de la información han pillado desprevenida hasta a la dirección del Partido Comunista.[23] En el sector espacial, China ya ha posado un robot en la Luna, y tiene previsto enviar a un astronauta de aquí a 2036. Solo en 2016 lanzó una veintena de misiones espaciales, y ha destronado a Rusia como principal adversario de Estados Unidos en la nueva carrera espacial. De hecho, para Pekín se trata sin duda de situarse ya no solo del lado de la demanda de nuevas tecnologías, sino asimismo de la oferta, y de cambiar su estatus de consumidor de saberes por el de proveedor de conocimientos.[24] Esta política se lee a través de una cifra sorprendente: en 2018 China fue el país que registró más patentes en todo el mundo, con más de 1,6 millones de solicitudes.[25]

Y mientras nosotros lloramos por la leche derramada, el Imperio del Medio acelera la cadencia: quiere explotar las propiedades todavía insospechadas de las tierras raras y desarrollar las aplicaciones del futuro. Al parecer, algunos de sus programas de investigación universitaria son tan avanzados que un investigador perteneciente al Departamento de Defensa estadounidense oscila entre la estupefacción y el desasosiego: «Haber perdido nuestra cadena de abastecimientos ya era bastante trágico de por sí. Y ahora, los chinos nos van a llevar diez años de adelanto. Es muy sencillo, nos exponemos a no disponer de la propiedad intelectual de las próximas aplicaciones importantes». Por lo demás, China no se esconde: «Queremos convertirnos en los líderes mundiales de las tecnologías gracias a estos metales», afirma Vivian Wu.

El 29 de septiembre de 2010, en pleno embargo chino sobre las tierras raras, Kathleen Dahlkemper, miembro del Congreso estadounidense, lo dijo alto y claro en la tribuna de la Cámara de Representantes: «Los chinos se han hecho con el control del mercado de las tierras raras, y nosotros, Estados Unidos, nos estamos quedando atrás». Fue una alocución crucial: la señora Dahlkemper no decía que el avance tecnológico estadounidense corría el riesgo de reducirse o disminuir. No decía que la primera potencia mundial sería alcanzada por los chinos y que estos le pondrían cada vez más obstáculos. Lo que sostenía era que nosotros, los occidentales, estábamos a punto de ser sobrepasados, como por lo demás ya sucede en un número creciente de sectores industriales. De hecho, Pekín ya ha concebido un avión de combate sigiloso más perfeccionado que el de sus rivales japoneses,[26] ha desarrollado el superordenador más potente del mundo —dotado de una capacidad de cálculo de

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