La espantosa intimidad de Maxwell Sim by Jonathan Coe

autor:Jonathan Coe [Coe, Jonathan]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Drama, Sátira
editor: ePubLibre
publicado: 2011-08-31T16:00:00+00:00

FUEGO

La foto doblada

El episodio que voy a relatar sucedió hace más de tres años. Sin embargo, todavía lo tengo muy fresco. Me influyó mucho porque me distanció bastante de una persona a la que pensaba acercarme más.

Fue en el largo y caluroso verano de 1976. En este caso «largo y caluroso verano» no es solo una frase hecha, porque en todo el Reino Unido hizo mucho sol y llovió muy poco casi todo el verano, hasta el punto de que el gobierno creó un ministerio especial para la sequía. Ese año, hacia finales de agosto, fuimos de acampada una semana a la región de los lagos con nuestros amigos la familia Sim.

Los Sim habían sido anteriormente nuestros vecinos en el barrio de Rubery de Birmingham. Tenían un hijo que se llamaba Max, y había sido amigo íntimo de mi hermano pequeño, Chris, en la escuela primaria. De todas formas, cuando tenían once años a los dos niños los mandaron a distintos centros de enseñanza secundaria. Chris sacó una plaza en la King William de Birmingham (yo ya iba a su equivalente femenino). Era un colegio muy exclusivo y había que pasar un examen para poder entrar. Max lo había suspendido, así que fue al instituto de la zona. Un par de años después, nos trasladamos de Rubery a una casa con un gran jardín que por detrás daba al embalse de Edgbaston. A pesar de eso, Chris y Max siguieron siendo buenos amigos, y nuestros padres continuaron viéndose mucho.

Cuando tuvo lugar este episodio, tanto Chris como Max tenían dieciséis años, mientras que yo rondaba los diecinueve. En muchos aspectos me encontraba demasiado mayor para irme de vacaciones con mis padres, y de hecho fue la última vez que lo hice. Ya había estado en Francia antes, a principios de verano, con una de mis amigas, pero la acampada iba a ser a finales de agosto, y como seguía haciendo buen tiempo y no me apetecía mucho quedarme sola en casa toda una semana, decidí ir.

Nuestro camping estaba a la orilla de Coniston Water. Había caravanas, y también tiendas, en aquel sitio, y unos modernos aseos con duchas, etc. Mi familia tenía una gran tienda familiar con dos «dormitorios» independientes, así que estábamos bastante cómodos, la verdad, a pesar de que no es que me encante vivir debajo de una lona. Los Sim plantaron su tienda (que era mucho más pequeña) a unos metros de la nuestra, pero enfrente de ella, así que el espacio que las separaba se convirtió en una especie de zona comunitaria. Allí era donde, todas las noches, hacíamos fuego y nos sentábamos alrededor para cenar y charlar de nuestras cosas. Luego, a veces, mi hermano sacaba su guitarra, aunque me alegra poder decir que no nos dedicábamos a cantar ni nada parecido. Solo la usaba para rasguear unos cuantos acordes melancólicos muy sencillos y quedarse mirando al infinito. Tanto él como Max estaban en esa edad en que los chicos se enamoran locamente de las chicas, y Chris bebía los vientos por una chica de mi colegio.

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