La Daga De Marfil by Patricia Wentworth

autor:Patricia Wentworth
La lengua: spa
Format: epub
Tags: det_police
ISBN: 9788402098283
editor: www.papyrefb2.net

26

La profunda preocupación por el caso en que se hallaba envuelta y la reprobación moral con que su naturaleza consideraba el delito de asesinato, no impidieron a miss Silver estimar con agradecido aprecio la comodidad de que se sentía rodeada en Vineyards. No le habría importado vivir durante un período de tiempo, por muy prolongado que fuera, en un lugar tan lujoso, pero, por el momento, era capaz de apreciarlo y disfrutarlo. El tipo más nuevo de colchón de muelles en su cama, el bonito edredón, tan ligero, tan suave. La temperatura cálida y uniforme de la casa, tan diferente de tantas otras casas de campo, donde los viejos sistemas de calefacción y los nuevos precios hacían casi imposible el conseguir hasta el más modesto grado de calor. Perfectamente consciente de que las cosas eran así, nunca acudía al campo sin ir debidamente preparada. Tenía la costumbre de ponerse por las noches el vestido de seda del verano anterior, y como la seda no era una buena protección contra la humedad, lo reforzaba con una chaqueta de terciopelo negro con cuello de piel. Ese vestido, muy cálido y cómodo, era considerado por Frank Abbott, cuando se hallaba en su estado de ánimo más irreverente, de un origen tan oscuro en la neblina del tiempo que le concedía una especie de carácter legendario. Esta noche, tras haberse ataviado con un dibujo de pequeños objetos amarillos y verdes que parecían renacuajos, se lo abrochó al cuello con su rosa de madera de roble y añadió un collar de pequeñas cuentas doradas y afiligranadas. La chaqueta estaba colgada en un espacioso armario ropero de madera de caoba, en una percha cubierta de satén rosa, pero no lo necesitaría esta noche. No sólo reinaba en todas partes aquella deliciosa temperatura uniforme, sino que también había un fuego de leños en la chimenea de la sala de estar, y las cortinas de brocado, forradas y vueltas a forrar, serían más que suficiente para excluir la más mínima sospecha de humedad.

Puede que a algunas personas les intimidara la perspectiva de una velada nocturna como la que le esperaba, pero miss Silver se sentía capaz de considerarla con interés. No había en ello nada de ese profundo pesar personal que habría despertado inmediatamente sus simpatías. Su mente estaría totalmente libre para enfrentarse con los numerosos aspectos interesantes que presentaba el caso. Aunque lamentaba no haber tenido todavía la oportunidad de encontrarse con míster y mistress Considine, con el profesor Richardson y con Bill Waring, estaba segura de hallar amplias oportunidades de información con que alimentar sus pensamientos en las situaciones que aparecerían aquella noche, pudiendo así dedicarse a un estudio más atento de las personas que se alojaban en Vineyards.

Lady Dryden, fría, orgullosa, dominante y, sin embargo, inesperadamente comunicativa. Una contradicción en el carácter siempre resulta de gran interés. Míster Haile, con sus aires de hallarse como en su propia casa. Lila Dryden, encantadora y desamparada. Aquella joven morena, Ray Fortescue, rápida en sentimientos e impulsos, pero siempre bajo un firme control.

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