La batalla que conmocionó Europa by Peter Englund

La batalla que conmocionó Europa by Peter Englund

autor:Peter Englund [Englund, Peter]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 1987-12-31T16:00:00+00:00


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«Ninguna bala mata al hombre»

En esta situación, el alto mando sueco había decidido, a pesar de contar con tan sólo la quinta parte de los efectivos de los que disponía el enemigo, que mandarían a sus soldados al ataque. Se trataba de un intento desesperado de recuperar la iniciativa. Y en realidad era la única cosa que podían hacer.

La decisión no era tan mala como pudiera parecer. Como ya hemos mencionado, las tácticas de combate de la infantería eran extremadamente ofensivas: por lo general se aspiraba a alcanzar una resolución a través de un ataque de frente y obligar al enemigo a ceder ante el empuje de las picas y las bayonetas. Las armas de fuego tenían un papel subordinado frente al agresivo y animado ataque con armas blancas. Recibir el ataque ruso esperando pasivamente habría sido una cosa totalmente opuesta a los planteamientos tácticos ensayados, e incluso habría ido en contra del reglamento. Además, una defensa estática contra el asalto del enemigo habría sido directamente estúpida: los rusos habrían podido usar su enorme superioridad de artillería para reventar, literalmente, los batallones pasivos suecos desde cerca. Los suecos, con su defectuosa pólvora y sus escasas cuatro piezas de artillería, no podían competir con los rusos en cuanto al fuego. La única posibilidad para aquéllos residía en un ataque directo con armas blancas.

No es que un ataque de armas blancas fuera especialmente eficaz, más bien lo contrario. Las bayonetas, los sables y las picas causaban muy pocas heridas en una batalla. La mayor parte de todas las heridas infligidas eran provocadas por disparos; el fuego mataba a la gran mayoría. También eran raras las ocasiones en las que se cruzaban las bayonetas; esto ocurría, normalmente, cuando ninguna de las partes involucradas tenía una vía de escape fácil, como por ejemplo en combates en núcleos urbanos, en fortificaciones o tras un ataque sorpresa en la oscuridad. Existe una idea romántica de que los duelos largos con estocadas de espadas y golpes de culatas eran algo común. Nada podría estar más lejos de la realidad. Las armas blancas apenas se utilizaban en las batallas. El uso quizá más frecuente de la bayoneta era el de acabar con los enemigos que ya estaban heridos. Otra ocasión en la que se tendía a usar las armas blancas era cuando tocaba perseguir a un adversario que huía. Aquellas veces que realmente tenían lugar combates mano a mano con bayoneta, éstos normalmente eran a pequeña escala y sólo duraban unos pocos y confusos segundos. (Sin embargo, cuando tocaba luchar cuerpo a cuerpo, los suecos tenían cierta ventaja gracias a su equipo. El sable que portaban todos los soldados suecos era, tal vez, la mejor arma blanca de apoyo que un ejército había llevado jamás en una batalla. Servía tanto para ensartar como para cortar. La bayoneta sueca tenía una sujeción más firme de lo que solía estilarse, por lo que era un arma sensiblemente más adecuada para apuñalar que el equivalente de muchos otros ejércitos, cuyas bayonetas



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