Jane y Prudence by Barbara Pym

Jane y Prudence by Barbara Pym

autor:Barbara Pym [Barbara Pym]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: S2
ISBN: 9788412486971
editor: Gatopardo Ediciones
publicado: 2022-09-13T05:00:00+00:00


CAPÍTULO 12

Cuando era joven, Jane había publicado un libro de ensayos y formaba parte de una sociedad literaria a cuyas reuniones seguía asistiendo de vez en cuando. Solían celebrarse por la tarde, y eran otra de las excusas que tenía Jane para ausentarse de sus obligaciones en la parroquia y quedarse a dormir después en casa de Prudence. Esta reunión en concreto prometía ser bastante especial; celebraban el centenario del nacimiento de un autor cuyas obras no había leído, pero que había muerto recientemente, por lo que todavía vivían muchas de las personas que lo habían conocido. Era un buen motivo para que la sociedad literaria se reuniera, tal como le había expuesto Jane a Nicholas, que había protestado (aunque con poco convencimiento) porque su esposa iba a perderse una reunión de la parroquia.

—No creo que mi presencia vaya a servir de mucha ayuda —dijo Jane con sentimiento de culpabilidad, pues todavía recordaba su intrusión en la sacristía del coro unas semanas antes, de la que no le había contado absolutamente nada a su marido.

—Pues yo diría que es más provechoso alentar a los escritores jóvenes que dedicarse a homenajear a los escritores muertos —dijo a su vez Nicholas.

—Pero estos homenajes también les dan ánimos —dijo Jane—. Se imaginan que llegará el día en que se celebrará una reunión semejante en su honor. Y supongo que también se preguntan qué cosas se recordarán de ellos y desean que no sean aquellas que preferirían que se olvidaran.

Nicholas suspiró y dejó de discutir, porque sabía que sería una discusión igual de improductiva que la mayoría de las que mantenía con su esposa. ¡Ah, su pobre Jane! Había que dejar que fuera a donde quisiera.

La sociedad se reunía en una casa con leves reminiscencias literarias, contigua al edificio en el que había residido uno de los poetas victorianos menos importantes, pero que, pese a ello, tenía una entrada más que digna en el Oxford Book of Victorian Verse.

Jane entró en la casa menos nerviosa que el día de su primera visita, hacía ya muchos años, y se dirigió a una sala de la primera planta, donde siempre celebraban las reuniones. Era una estancia acogedora con aire de salón de actos, aunque las hileras de sillas estaban demasiado cerca unas de otras para que una se sintiera cómoda. Jane se detuvo en el quicio de la puerta para ver si había llegado alguien que ella conociera, y no tardó en distinguir a su amiga de la universidad Barbara Bird («La señorita Bird tiene sus novelas y sus perros», como habría dicho la señorita Birkinshaw), que estaba sentada en la última fila. Llevaba una ajada capa de zorrillo de color anaranjado y fumaba un cigarrillo con el que saludó a Jane, indicándole que se sentara en la silla libre que había a su lado.

—Qué frío hace aquí —dijo la señorita Bird—. Me alegro de verte, Jane.

Jane se sentó y miró a su alrededor. Se dio cuenta de que, como le ocurría siempre que regresaba a



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.