Ilse la hechicera (Colección Oz Nébula) by Terry Brooks

autor:Terry Brooks [Brooks, Terry]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Aventuras, Fantástico
editor: ePubLibre
publicado: 2000-09-04T16:00:00+00:00

* * *

—Lo que me estáis pidiendo no es que sea poco razonable, es que directamente es imposible —repitió Walker con paciencia, frustrado ante la intransigencia de Kylen Elessedil respecto a ese asunto, pero plenamente consciente de su origen—. Como máximo podemos cargar con treinta. El tamaño de la nave no permite ni una persona más. Y tal y como estamos, debo encontrar el modo de reducir la cantidad de gente que van a acompañarnos.

—Pues reducid el número a veintinueve y luego añadid a otro —replicó el rey de los elfos mientras se encogía de hombros—. Problema resuelto.

Ambos estaban de pie en la estancia que había sido el estudio privado de Allardon Elessedil, donde el antiguo rey había examinado por primera vez el mapa del náufrago, pero, aún más importante, era la cámara donde el rey trataba con quienes no quería ser visto sobre temas que no quería discutir de forma abierta. Cuando el rey de los elfos deseaba celebrar una audiencia pública o hacer una demostración de autoridad, recibía a la corte en el salón del trono o en las cámaras del Consejo Supremo de los elfos. Allardon Elessedil había sido un defensor del protocolo y la ceremonia y había empleado cada una en su justa y prudente medida. Al parecer, su hijo se predisponía a obrar del mismo modo. Walker gozaba de cortesía y deferencia, pero solo en privado y solo hasta el punto en que el hijo del antiguo rey se veía forzado tras la muerte de su padre.

Kylen Elessedil comprendía lo que debía hacerse respecto al asunto de Kael Elessedil y de los elfos que habían desaparecido con él. Se iba a emprender una búsqueda y el druida iba a dirigirla. De los elfos se esperaba que proporcionaran los fondos para adquirir la nave y la tripulación, conseguir provisiones y equipamiento para la travesía y suministrar un destacamento de elfos cazadores que se ocuparían de proteger la nave. Estas eran las órdenes de un rey moribundo y su hijo no iba a ponerlas en entredicho en su primer acto oficial en el cargo.

Sin embargo, esto no quería decir que él considerara que fuera buena idea partir a buscar naves y hombres que habían desaparecido hacía treinta años a pesar de la aparición del náufrago, el brazalete de los Elessedil y el mapa. Kylen no era como su padre. Era de otra calaña. Allardon Elessedil había sido un hombre indeciso, prudente, que no albergaba ambición alguna en lo que respectaba a objetivos vitales. Su hijo era temerario y estaba decidido a dejar huella. El pasado significaba poco para Kylen Elessedil. Era el presente y, en mayor grado, el futuro lo que más le importaba. Era un joven apasionado que creía sin reservas que la Federación debía ser destruida y de los nacidos libres debían alzarse como vencedores. Nada más iba a garantizar la seguridad del pueblo élfico. Se había pasado el último semestre luchando a bordo de aeronaves que sobrevolaban los cerros del Prekkendorran y solo había regresado porque su padre había muerto y él era el siguiente en la línea de sucesión al trono.

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