Huesos en el valle by Tom Bouman

Huesos en el valle by Tom Bouman

autor:Tom Bouman [Bouman, Tom]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2013-12-31T16:00:00+00:00


* * *

Por fin dormí algo y a la mañana siguiente, una mañana helada, me puse en camino hacia una plataforma de pozos. A las afueras de Midhollow, Pensilvania, un pueblo situado en el oeste del condado de Holebrook, DiverCo había estado perforando y fracturando hidráulicamente la tierra en una red con dirección este, con las miras puestas en conectar todos los pozos que abriesen a una gaseoducto mayor que iba hacia el sur. Era un campo bonito aquel. Habían perforado a los lados de las carreteras y en las cimas de montes rodeadas de bosques, así que el paisaje no estaba del todo echado a perder. Sus carreteras de servicio se hundían en las laderas, a menudo describiendo unas curvas amplias en zigzag, y las puertas que impedían el acceso a la ciudadanía estaban todas equipadas con videovigilancia y muchas contaban con un peón que hacía de guarda. La zona entera parecía una especie de comunidad industrial cerrada.

El sheriff Dally me había pedido que me reuniese con él en la entrada de la plataforma, que estaba justo en la frontera oriental del municipio de Wild Thyme. Me explicó que a Ben Jackson le estaban revisando la cabeza y la oreja y que Hanluain andaba patrullando los Altos, lo cual dejaba a Lyons a cargo de la oficina. Íbamos a hacerle una visita a esta cuadrilla en concreto por un hombre llamado Gerardo Contreras, un mecánico de mantenimiento que encajaba con la descripción de nuestro cadáver sin identificar. Contreras no había vuelto a su casa en Texas por Navidad y su esposa había presentado una denuncia por desaparición en Elmira, Nueva York, donde el hombre había echado las noches entre trabajo y trabajo. En otra ocasión, el Departamento de Policía de Elmira ya había logrado dar con él en un motel situado entre Waverly y Elmira famoso por el tráfico de drogas. Contreras había desaparecido otra vez al poco de eso, y aunque su familia y sus jefes creían que estaba vivo, un representante de DiverCo pensó en él cuando Dally estuvo preguntando.

Al llegar, un trabajador salió de debajo de un toldo y se comunicó por un walkie-talkie antes de retirar el cerrojo y abrirnos la puerta. La carretera de servicio era más ancha que todas las que había en el municipio, incluidas las carreteras asfaltadas. Nos adentramos una curva tras otra en el bosque del monte. Cientos y cientos de troncos de árboles, desprovistos de copas y raíces, bordeaban el camino en pilas de veinte troncos de altura; los habían derribado y seguramente los fuesen a convertir en pulpa, porque eran demasiado pequeños para sacar madera. En la subida, nos cruzamos con tres cabinas blancas de camiones articulados que bajaban de vuelta, en fila, después de haber soltado la carga que llevaran.

Tras pasar entre los árboles por una ruta sinuosa, salimos a una plataforma de pozos del tamaño de tres campos de fútbol, bordeada de árboles. Una masa de depósitos, tuberías y unidades de almacenamiento llenaba gran parte del



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.