Hipocondría moral by Natalia Carrillo & Pau Luque

Hipocondría moral by Natalia Carrillo & Pau Luque

autor:Natalia Carrillo & Pau Luque [Carrillo, Natalia & Luque, Pau]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Filosofía
editor: ePubLibre
publicado: 2022-06-01T00:00:00+00:00


Algunos diarios afirmaron que la jogger, al atreverse a correr en Central Park por la noche, había afirmado la primacía de la libertad sobre el miedo, que ella era «la Dama Coraje», que su violación había sido la violación de Nueva York entera. La jogger simbolizaba el ideal de la ciudad: blanca, clase media, deportista en Central Park. Y reparar y castigar lo que había sufrido era reparar y castigar lo que había sufrido la ciudad proyectada bajo su mejor luz. La cohesión de los neoyorquinos había sido agrietada y solo podía ser restaurada desagraviando el símbolo agredido.

Se trataba, desde luego, de una cohesión espuria, destinada a hacer creer que los intereses de todos los neoyorquinos podían ser alineados y armonizados bajo el manto del sacrificio de esos chicos. Los intereses contrapuestos de los habitantes de la ciudad quedaban así sepultados por la retórica que sentimentaliza los acontecimientos, retórica destinada a dar alivio urgente, en principio, a la ciudad entera, pero destinada, en última instancia, a proteger y consolar con rapidez el miedo de las clases acomodadas.

La sentimentalización, considera Didion, citando al historiador William R. Taylor, proporcionaría una supuesta «neutralidad ideológica» que conllevaría «una forma milagrosa de cohesión social». Había miles de delitos iguales o parecidos en Nueva York en los años ochenta que no merecían la atención ni la sentimentalización por parte de los periodistas que sí mereció el caso de la jogger de Central Park. La razón era obvia. En esas otras ocasiones no se necesitaba esa cohesión o pegamento social milagroso porque no se atacaba el ideal de la ciudad. No, no hay neutralidad en la sentimentalización, más bien esta aplaca los conflictos sociales.

Acudamos a un ejemplo más cercano en el tiempo para ver por qué la sentimentalización de la vida pública tiende a ocupar un lugar en la conversación de masas que deberían ocupar las cuestiones políticas. En julio de 2021, un chico muy joven, de nombre Samuel Luiz, fue agredido en La Coruña (Galicia, España), a la salida de una discoteca, hasta morir. El chico, que era gay, fue increpado antes y durante la agresión al grito de «¡Maricón!». Una parte de la opinión pública, en redes sociales, así como en pancartas presentes en marchas para protestar contra el homicidio, recurrió a los consabidos eslóganes: «Amad a quien queráis» o «Vivid vuestra sexualidad como queráis». Al respecto, este tuit de Max Martí ilustra bien el espíritu de la queja de Didion:



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