Hacerse todas las ilusiones posibles by Josep Pla

autor:Josep Pla [Pla, Josep]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Comunicación, Memorias, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2017-01-02T00:00:00+00:00

IV

Destino[42]

De Destino, elaborado en Burgos durante la guerra civil como órgano de la Falange Catalana, no tengo la menor noticia. Acabada la guerra, el semanario prosiguió en Barcelona, como órgano del falangismo y subvencionado por el organismo provincial de la Falange. Como este organismo nunca cumplió lo que había prometido, un día Vergés y Agustí me rogaron que fuésemos juntos a ver a Carceller, por entonces jefe del Movimiento, con el objetivo de cobrar la deuda. (Yo había conocido a Carceller en Madrid). Carceller nos dijo que vería lo que podía hacer, pero que en principio no contáramos con ello, porque no había ni cinco. Por aquel entonces, la Falange estaba en el paseo de Gracia, en el edificio que había sido del Círculo Ecuestre. Era un edificio enorme, frío y vacío. Los chicos que entraron en el despacho de Carceller animados y falangistas salieron antifalangistas y acojonados.

El semanario iba muy mal. Estaba sin un duro. Me rogaron que colaborara. Acepté porque no ganaba un céntimo y lo poco que tenía se estaba agotando. Setenta y cinco pesetas por artículo. Los anuncios que se publicaban se hacían a base de chantaje patriótico de la guerra civil. Empecé con una forma y unos temas completamente contrarios a lo habitual en la época.

Muchos años después, algunos viejos amigos de la casa me dijeron que el prestigio del semanario se había creado gracias a la moralidad del equipo de personas que lo habían hecho. Es una afirmación acertada. Pero yo siempre fui de la opinión de que esa moralidad de base había dependido del hecho de que era un equipo de tímidos.

Más tarde, entró gente muy rara —Sempronio, o sea Artís, entre otros—. Este señor es un periodista que nunca ha sabido contar con más o menos exactitud lo que le han referido. Si no se hubiera dedicado al periodismo anodino e intrascendente, habría tenido muchas dificultades. Por otra parte, ha utilizado el oficio de periodista para todo tipo de maniobras. Ha ganado mucho dinero. Es uno de los periodistas más siniestros que ha dado este país. Todos los esfuerzos que se han realizado para apartarle no han dado ningún resultado. Al ganar dinero por otras vías, puede trabajar gratis.

Destino (1962)

Josep Vergés tiene que llenar cada semana cuarenta y dos o cincuenta y seis páginas —es igual—. Las llena. El problema de saber si lo que sirve para llenar tiene más o menos interés cuenta muy poco. Generalmente, cada día tiene menos. Ribas, el hijo del creador de los anuncios de Destino, lo ha resuelto de forma excelente. La enorme cantidad de cartas al director son gratuitas. Las fotografías de agencia se compran por nada. Tras veintidós años y medio escribiendo cada semana en la revista, cobro quinientas pesetas por número. Quinientas pesetas son veinte de antes de la guerra civil. La revista es un gran negocio.

Hoy, 24 de febrero de 1962, ha hecho veintidós años —día tras día— que escribo en Destino. Algunas semanas he hecho un solo artículo; otras, dos; otras, tres.

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