Forsaken by Oliver Bowden

Forsaken by Oliver Bowden

autor:Oliver Bowden
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Novela, Fantástico
editor: eBook's Xibalba
publicado: 2012-12-31T16:00:00+00:00


13 de julio de 1754

Nos reunimos en el Green Dragon, bajo las oscuras vigas de la habitación del fondo que ahora considerábamos nuestra, y que rápidamente ampliamos para llenarla, metiéndonos en el polvoriento alero: a Thomas le gustaba holgazanear en posición horizontal cuando no estaba bebiendo jarras de cerveza o molestando a nuestros anfitriones para pedirles más; William, cuyo ceño arrugado se marcaba profundamente mientras trabajaba en los mapas que tenía extendidos sobre la mesa, se apartaba de ellos a su facistol y de vez en cuando dejaba escapar un grito ahogado por la frustración, retirando con un gesto a Thomas para que no vertiera cerveza de su jarra cada vez que se tambaleaba demasiado cerca; Charles, mi mano derecha, estaba sentado a mi lado siempre que yo me encontrase en la estancia. Su devoción me resultaba a veces cargante y, otras, una gran fuente de fuerza; y ahora, por supuesto, el doctor Church, que había pasado los dos últimos días recuperándose de las heridas en una cama que Cornelius le había dado de mala gana. Benjamin se había vendado sus propias heridas y cuando por fin se levantó, nos aseguró que ninguna de las que tenía en la cara iba a ser permanente.

Había hablado con él dos días antes, cuando le interrumpí el proceso de vendarse la peor herida, desde luego la que peor aspecto tenía: Cutter le había arrancado un trozo de piel.

—Tengo una pregunta para ti —dije, todavía con la sensación de que no sabía de qué pie cojeaba aquel hombre—. ¿Por qué escogiste medicina?

Sonrió forzadamente y contestó:

—Se supone que debo decir que fue porque me preocupo por el prójimo, ¿no? Que escogí este camino porque me permite lograr el bien común.

—¿No es todo eso verdad?

—Tal vez. Pero no fue la razón que me guio a mí. No… En mi caso fue algo menos abstracto: me gusta el dinero.

—Hay otros caminos para hacer fortuna —dije.

—Sí. Pero ¿qué mejor producto para vender que la vida? Nada es tan valioso, ni anhelado con tanta desesperación. Y ningún precio es demasiado caro para el hombre o mujer que teme un fin brusco e irreparable.

Hice una mueca de dolor.

—Tus palabras son crueles, Benjamin.

—Pero ciertas.

Confundido, pregunté:

—Hiciste el juramento de ayudar a la gente, ¿no?

—Cumplo con el juramento, pero en él no se hace mención al precio. Simplemente exijo una compensación, una compensación justa, por mis servicios.

—¿Y si no poseen los fondos necesarios?

—Entonces los atenderán otros. ¿Acaso un panadero le da pan gratis a un mendigo? ¿El sastre le ofrece un vestido a la mujer que no puede permitirse pagarlo? No. ¿Por qué entonces iba a hacerlo yo?

—Lo has dicho tú mismo —contesté—. Nada es más valioso que la vida.

—Sí. Más razón aún para asegurarse de que se tienen los medios para preservarla.

Le miré con recelo. Era un hombre joven, más joven que yo, y me pregunté si alguna vez yo había sido como él.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.