Finding love. Sky by Joss Stirling

Finding love. Sky by Joss Stirling

autor:Joss Stirling
La lengua: spa
Format: epub
editor: V&R Editoras
publicado: 2014-02-20T00:00:00+00:00


Capítulo 15

El oficial Hussein no nos permitió hablar entre nosotros hasta que tomó nuestra versión de los hechos. Aunque la tentación era grande, no me atreví a usar la telepatía. Como Simon emanaba tantas emociones airadas, tenía mis serias dudas de que algún mensaje lograra penetrar esa nube de tormenta.

–No te voy a preguntar qué estabas haciendo con él hasta que estemos de vuelta en casa –dijo mi padre echando chispas mientras aferraba el volante camino a la comisaría.

Ahora sí que estaba impaciente por regresar a casa.

–Sky, estás en problemas. Quebraste nuestra confianza. Te pedimos que te mantuvieras alejada de él por tu propia seguridad.

Tenía razón. Por supuesto que tenía razón. Pero yo tampoco lo había planeado: me dejé llevar por las circunstancias. Pensamos que habíamos tomado las precauciones suficientes e ir a tomar un café nos pareció algo razonable.

–¡Y no tenía pensado dedicar la noche a transportarte a la prisión del pueblo!

La cabeza me zumbaba y me abracé las rodillas con fuerza.

–Sky, estamos tratando de hacernos un buen nombre en Wrickenridge y tus travesuras no nos están ayudando. Si no representamos una buena imagen para el centro, el Sr. Rodenheim podría enviarnos de regreso.

Apoyé la frente en las rodillas. Me había portado mal.

Alertado por mi silencio, Simon me echó una mirada de soslayo al intuir que las cosas no estaban bien.

–Ah, maldición. No hagas eso, mi amor –detuvo el auto a un costado y me acarició la cabeza–. Es que estoy asustado por ti.

–Perdón.

–Me haces sentir que soy un monstruo. Estoy enojado, pero más con esos chicos tontos que contigo. Sé que no tuviste nada que ver. Por favor.

Al levantar la vista hacia él, seguramente notó que mis ojos estaban llenos de lágrimas.

–Yo solamente quería estar con él.

–Lo sé, querida.

–¿Está mal?

–En circunstancias normales, no.

–Solo fuimos a la cafetería. En la calle, estuvimos casi siempre con las máscaras puestas.

–Ay, tener dieciséis años otra vez –suspiró Simon–. Un simple café se convirtió en un asunto policial.

–Zed estaba muy inquieto por lo que sucedió en el bosque. El chico disfrazado fue muy convincente… y yo grité… no pude contenerme. Zed pensó que estaba en peligro.

–Entonces reaccionó de manera desproporcionada. Conociendo mi grave defecto, puedo comprenderlo. Vayamos a ver qué podemos hacer por él.



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